El portugués Cristiano Ronaldo alimentó ante el Málaga su leyenda negra, la que le saca de los partidos antes de su fin.

Un codazo al danés Patrick Jan Mtiliga en el centro del campo supuso la segunda expulsión del portugués en lo que va de Liga, excedido de revoluciones en un encuentro resuelto. El árbitro no pasó por alto la mano atrás del atacante, en plena carrera, que dejó maltrecho a su rival, que tuvo que ser sustituido.

El acta de Pérez Lasa dice que fue expulsado en el minuto 70 por "golpear con el brazo en la cara a un jugador contrario provocándole una hemorragia nasal, teniendo que ser sustituido".

Aunque el portugués asegure que "no quería hacer daño" al jugador del Málaga y tilde de "vergüenza" esta expulsión, el Comité de Competición podría sancionarle duramente si considera que su acción fue una agresión. El Madrid, que recurrirá la roja, se mantiene a la espera.

Valdano también saca la cara por su jugador, resaltando su nobleza. En cualquier caso, el codazo existe y, aunque para muchos la expulsión es muy rigurosa, Pérez Lasa no lo dudó y le enseñó la roja directa.

El debate está abierto. El portugués reincide y alimenta su fama de jugador polémico. Mientras, en su entorno sienten que el astro es un jugador perseguido y castigado por los árbitros.

Reincidente

Es el segundo borrón del portugués en su corto trayecto blanco. El pasado 6 de diciembre, también en el estadio Santiago Bernabeu, salió del césped cinco minutos antes del cierre del duelo contra el Almería por doble amarilla. La primera por quitarse la camiseta para celebrar un gol. La segunda, por dar una patada a su rival Juanma Ortíz.