La última derrota en la Champions del Valencia no sólo ha complicado el futuro de la entidad de Mestalla en Europa –donde tiene que ganar su dos compromisos caseros–, sino que también ha abierto una nueva brecha en la cada vez más cuestionada cohesión de la plantilla.

La ausencia de David Villa por lesión ha provocado un intercambio de impresiones entre el delantero asturiano y los servicios médicos. Mientras los galenos anunciaban una leve lesión en el tobillo izquierdo, curiosamente el mismo del que cayó lesionado en el partido contra el Espanyol, el jugador señalaba en su círculo íntimo que se trataba de una recaída en toda regla.

No es la primera divergencia de pensamientos entre futbolistas y médicos. El centrocampista Vicente recibió un expediente del club por cargar contra el doctor Antonio Giner al reconocer: «He perdido toda la confianza en el médico del Valencia y en el equipo médico del club».

En este contexto convulso, Cañizares puede cumplir a sus 38 años su partido 300 en Primera División.