Con carácter latino

El Saab 9-3 recibe un potente motor turbodiésel, de origen italiano, para darle un nuevo empuje
No hay ningún cambio exterior, el Saab mantiene su inconfundible estilo nórdico.
No hay ningún cambio exterior, el Saab mantiene su inconfundible estilo nórdico.
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No hay ningún cambio exterior, el Saab mantiene su inconfundible estilo nórdico.
Los Saab son modelos casi  exóticos, por su origen nórdico y su poca difusión en España. A esto hay que añadir un diseño inconfundible, que se ha mantenido desde hace décadas, inspirado en la herencia aeronáutica de la marca, que comenzó fabricando aviones.
 
El 9-3 mantiene ese estilo, tanto en su carrocería (con un frontal muy afilado y unas tomas de aire que simulan las de un caza) como en el interior (un salpicadero grande, con muchos interruptores y mandos, que envuelve al conductor al estilo de los paneles de los aviones).
 
El toque nórdico
 
Todo el habitáculo está lleno de soluciones originales con un toque de diseño nórdico y detalles típicos de la marca, como la llave de contacto en la consola central, detrás de la palanca del cambio. La calidad de materiales y la terminación es buena, aunque el aspecto es de mucho plástico, por lo voluminoso que resulta el salpicadero.
 
El espacio es bueno, en la línea de sus competidores, en las plazas delanteras y la anchura de las traseras. Pero, al igual que en otros similares, el hueco para las piernas de los pasajeros de atrás no es demasiado cómodo.
 
En cuanto al maletero, con 421 litros, está en la media de su segmento y tiene una forma aprovechable y una buena boca de carga.
 
El nuevo motor turbodiésel de origen Fiat encaja mucho mejor con el Saab 9-3, pues el anterior resultaba poco refinado en su funcionamiento. Este 1.9 litros de 150 caballos con culata de 16 válvulas (también existe en versión de 120 caballos) empuja con fuerza, sobre todo a partir de las 2.000 vueltas.
 
Silencioso y suave
 
Además, tiene unos consumos muy ajustados y se oye muy poco en el interior, aunque desde fuera sí se nota que es un motor de gasóleo. Va acoplado a un cambio manual de seis velocidades (con opción a automático, también de seis marchas), de manejo muy suave y agradable.
 
Para darle el toque deportivo, las suspensiones tienen un reglaje más bien rígido, que no llega a ser molesto en ningún momento, y la dirección es rápida, una condición indispensable para un coche ágil. El equipo de seguridad lo lleva todo de serie.
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