Los jugadores de la selección china han jurado públicamente que se clasificarán para disputar la fase final del Mundial de Sudáfrica 2010 y han prometido que jugarán al fútbol por sus vidas.

"Prometo clasificarme para el Mundial, que es la meta profesional por la que luchamos", leyeron los internacionales chinos, citados por el diario "South China Morning Post".

Sin embargo, tendrán difícil cumplir su objetivo, ya que China ha quedado encuadrada en los que ya se conoce como el grupo de la muerte.

Para plantarse en Sudáfrica, China, que sólo ha participado de momento en el Mundial de Corea y Japón en 2002, deberá superar a Iraq, vigente campeón de la Copa de Asia; a Qatar, campeón de los Juegos Asiáticos; y a Australia, que sí ha estado en el último Mundial, el de Alemania 2006.

Primas por clasificarse 

El juramento de los internacionales chinos ha sido la respuesta a la política del palo y la zanahoria que ha aplicado la Asociación China de Fútbol (CFA), que ha prometido generosas primas a la selección, pero que también ha impuesto un código de disciplina interno en el que primará la responsabilidad colectiva.

La CFA desembolsará casi 1,1 millones de dólares si el equipo llega a Sudáfrica, además de casi 70.000 dólares por cada partido ganado a cualquier selección de las 50 primeras del ránking FIFA y casi 42.000 por victoria sobre el resto de las selecciones.

A cambio, la CFA ha prohibido jugar al póquer en las concentraciones y ha restringido el uso de los teléfonos móviles, entre otra serie de medidas destinadas a optimizar la concentración y el rendimiento de la selección.