El Celta tuvo que luchar, en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la UEFA, contra el Spartak de Moscú, pero también contra las temperaturas gélidas de Rusia (entre cinco y siete grados bajo cero) y contra un deplorable césped artificial que no debería estar permitido. De esta lucha indigna en una competición europea, salió bien parado el conjunto vigués, ya que empató a un gol en territorio enemigo.

El partido arrancó con los celestes (en puestos de descenso en Liga) pensando más en su próximo choque en el campeonato doméstico contra Osasuna que en el rival que tenían enfrente, un Spartak que apretó muchísimo en la primera parte. Con su juego parecía querer calentar al escaso público que se dio cita en el estadio Luzhniki.

El Celta estaba descentrado y jugó demasiadas veces el balón en territorio peligroso. Placente perdió un balón dentro de su propio área y el esférico quedó franco para el remate ruso, que, por suerte, se marchó fuera. Mayor riesgo aún tomó el portero Esteban cuando regateó a un delantero rival muy cerca del área chica.

Gol anulado al Spartak

El gol del Spartak parecía que iba a llegar... y llegó en el saque de una falta que remachó Pavlyuchenko, pero el árbitro anuló el tanto ruso por fuera de juega.

Justo antes del descanso, en el minuto 41, en uno de sus escasos ataques, el conjunto entrenado por Fernando Vázquez marcó en una preciosa triangulación entre Canobbio, que cedió de tacón a Gustavo López y éste puso un centro raso a Nuñez para que el madrileño fusilara a Khomich.

En la reanudación, y con un Celta que obtuvo mayor premio del merecido en los primeros 45 minutos, el Spartak se desinfló. Aun así, consiguió empatar por medio de Kalynychenko en una falta que rebotó en la barrera y despistó a Esteban.

Minutos finales de acoso

El equipo vigués mostró su mejor cara en los instantes finales del encuentro, en los que acumuló hasta tres claras ocasiones. Oubiña se plantó solo delante del portero en un contrataque, pero estuvo lento y un defensa tocó lo justo para que no subiera el segundo gol visitante al marcador.

En el minuto 92, una pared entre Canobbio y Baiano, que entró en el minuto 69, plantó al brasileño frente a Khomich, quien paró el primer disparo del delantero y vio como el segundo, una vaselina de cabeza, se marchaba rozando el larguero.

La última oportunidad estuvo en las botas de Canobbio. Su disparo salió ligeramente alto.

El partido de vuelta se jugará la semana que viene en Balaídos, donde el Celta deberá certificar su pase a los octavos de la UEFA con Fernando Vázquez como entrenador, si los resultados en la Liga lo permiten.

Fernando Vázquez: "El empate es un buen resultado"

"El empate es un buen resultado, hemos jugado ante un gran rival", apuntó el técnico del Celta.

"Hemos jugado con nuestras armas, intentando cogerles -al contraataque-, impidiendo que el rival pudiera correr. El equipo controló perfectamente al Spartak, excepto quizás durante los primeros 15 minutos del segundo tiempo".

También apuntó que el césped artificial de Luzhnikí, no influyó negativamente: "En líneas generales los chicos se acomodaron perfectamente".

Ficha técnica:

1 - Spartak Moscú: Khomich, Geder, Stranzl, Jiranek, Torbinsky (Bazhénov, min 46), Kovac, Mozart, Titov, Bystrov (Boyárintsev. min 46), Kalynichenko y Pavlyuchenko.

1 - Celta: Esteban, Angel, Pablo García (Oubiña), Tamas, Lequi, Placente, Gustavo López, Canobbio, Iriney, De Ridder (Baiano, min 70) y Núñez (Jonathan, min 73).

Goles: 0-1 (min 42): Núñez; 1-1 (min 65) Kalynichenko

Árbitro: Costas Kapinatis (Chipre). Amonestó con tarjeta amarilla a Lequi, Canobbio y Kalínichenko, Iriney y Titov.

Incidencias: partido disputado en el estadio olímpico Luzhnikí ante unos 40.000 espectadores.