Los hombres pájaro vuelan sobre el fuego

  • Álvaro Bultó, Santi Corella y Toni López quieren ser los primeros en aterrizar en el cráter del Teide.
  • "Nadie lo ha hecho hasta ahora y estamos pendientes de una autorización, porque es un Parque Natural".

20 minutos se subió a un helicóptero Super Puma del Ejército español para ver cómo se lanzaban, sobre el cielo de la base área de Cuatro Vientos en Madrid, los tres miembros del Proyecto Alas (Álvaro Bultó, Santi Corella y Toni López), en un salto de exhibición para presentar su próxima aventura.

Dos nuevos retos y muchos peligros: El Proyecto Alas es vuelo humano sobre los elementos y ahora desafían al fuego. "Nuestro primer objetivo es aterrizar en el cráter del Teide. Nadie lo ha hecho hasta ahora y estamos pendientes de una autorización porque es un Parque Natural", cuenta Toni.

La sensación es parecida a tener el brazo sacado por la ventanilla de un coche durante seis minutos a 200 km/h

"Los peligros son las fuertes corrientes de viento; la escasa densidad del aire a 4.000 metros, que hará más difícil la apertura del paracaídas; y la zona de aterrizaje: hay un cráter de 80 metros y entras o no entras", continúa el paracaidista de la ciudad marroquí de Sidi Ifni.

Su segundo reto es batir el récord de permanencia en caída libre, que ellos mismos poseen desde 2005, cuando cruzaron el Estrecho de Gibraltar en 6 minutos y 4 segundos. "El 31 de mayo saltaremos a casi 10.000 metros y las dificultades serán el frío, ya que estaremos a -50 o -60º; y las enfermedades descompresivas. Nos tendremos que tirar con mascarillas de oxígeno", analiza Toni López.

De halcones a buitres

Santi nos explica la diferencia entre el nuevo traje y el antiguo: "El diseño ha pasado de ser el de un halcón peregrino, con alas cortas y afiladas para volar muy rápido, al de un buitre, donde prima la envergadura para permanecer más tiempo en el aire. Es más inestable y exige mucho físicamente. La sensación es parecida a tener el brazo sacado por la ventanilla de un coche durante seis minutos a 200 km/h, pero con todo el cuerpo".

"Miedo, no"

Antes de lanzarse, Álvaro Bultó afirma sin pensárselo que "absolutamente siento que vuelo. Sales y notas cómo el traje se hincha, coges velocidad horizontal y sientes que puedes controlar el vuelo". Además, Bultó asegura que "el día que sienta miedo, lo dejaré. Respeto sí, pero miedo no. En el Teide tendremos que tener cuidado. Nos han dicho que hay mucho azufre y que todavía salen fumarolas".

Trágicos inicios de los trajes de alas

Hoy, los riesgos de accidente en vuelo o de caída fatal contra el suelo se han minimizado, pero, para que nadie se relaje, Santi Corella recuerda: "Los primeros que lo intentaron con alas, en los años 20 y 30, murieron casi todos. Creo que 70 de 72".

Aunque los trajes con alas y los paracaídas han evolucionado, "siempre existe la posibilidad de que te encuentres algún pájaro. A mí no me había pasado nunca y en este último salto (en Madrid) me ha golpeado en el costado algo y he visto salir rebotada una bola de plumas", puntualiza Corella.

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