Un carpintero, un empleado municipal, un trabajador de Correos y un montador de aire acondicionado han formado el único equipo español que existe en la actualidad de bobsleigh, un modalidad de descenso en trineo poco común en nuestro país y que no cuenta con un club desde 1978.

Todo surgió el pasado verano, cuando Salvador Moreno, Israel Benavent, Miguel Varea y Pascual Cortina decidieron fundar el Club Valenciano de Bobsleigh.

"Viendo la televisión nos llamaba la atención que España nunca salía. Entonces decidimos llamar a la Federación Española de Deportes de Hielo (FEDH) para informarnos y entonces formamos el equipo", cuenta a 20 minutos Salvador.

A partir de ahí, estos cuatro deportistas de Burjassot empezaron a trabajar. Se pusieron en manos de un preparador físico, porque "te pegas buenas hostias y hay que estar fuerte".

Tragedia en los setenta

La semana pasada consiguieron sacarse la licencia para poder tomar parte en las competiciones internacionales en la Escuela de Pilotos de Bobsleigh de Igls (Austria), la única que hay en el mundo y donde "se mataron los últimos españoles que habían ido a finales de los setenta".

"Al principio volcamos un par de veces al tomar las curvas, pero luego fuimos aprendiendo la técnica de pilotaje y no lo hacíamos nada mal. Después nos aconsejaron que nos estudiáramos las curvas porque todos los circuitos son iguales y hay ocho o nueve en el mundo", recuerda Salvador, que reconoce que "es un deporte caro".

«Sólo el curso nos ha costado 1.500 euros por cabeza y cada bajada eran 35 euros», explica. Salvador no quiere hacerse ilusiones de momento, aunque no oculta que el sueño de los cuatro es "estar en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014".

Disney filmó el ejemplo jamaicano

En Valencia ni hay nieve ni se espera. El reto de los componente del Club Valenciano de Bobsleigh es enorme. Casi tanto como el que un grupo de jamaicanos protagonizó en 1988, cuando se clasificaron para los Juegos Olímpicos de Invierno disputados en Calgary (Canadá).

Jamaica, un país caribeño donde las temperaturas mínimas no bajan de los 25 grados, se convirtió en la favorita del público y en su primer descenso se estrelló. Pese al golpe, los jamaicanos bajaron del trineo y cruzaron la línea de meta caminando entre los aplausos de la gente.

La historia no pasó desapercibida para Disney, que se inspiró en ellos para producir la película Elegidos para el triunfo (1993).