El Bayern de Múnich ha conseguido una victoria por la mínima en el encuentro de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Giuseppe Meazza, y en el que un gol del delantero Mario Gómez en el minuto 90 decantó la balanza para los alemanes.

La reedición de la final del curso pasado disputada en Madrid, se resolvió con un triunfo para los de Van Gaal, que se toparon en dos ocasiones con la madera antes de recoger los frutos sembrados durante todo el encuentro gracias al ariete internacional, que aprovechó un rechace de Julio César tras disparo de Robben para allanar el camino de los suyos.

Y es que, a pesar de que han mejorado con Leonardo, el actual campeón sigue sin tener fútbol. Los 'nerazzurri' se encomiendan a dos ex de la liga española. Sneijder y Eto'o. El internacional 'oranje' es el hilo conductor del juego italiano y el delantero camerunés, que monopolizó el ataque --Milito está lesionado y Pazzini no puede jugar 'Champions' por hacerlo con la Sampdoria--, firmó un partido sublime y fue una constante amenaza para la defensa germana.

Fue un encuentro de gran intensidad, con imprecisiones en defensa, pero con muchas alternativas. Ambos conjuntos lo dejaron todo en el césped y tuvieron ocasiones muy claras desde el principio. Y es que, al primer minuto de juego, Ranocchia estuvo a punto de ver puerta tras una falta botada magistralmente --como casi siempre-- por Sneijder.

El cuadro de Louis Van Gaal no se amilanó, todo lo contrario. No está en el carácter alemán quedarse a merced de su rival y esperar. Luiz Gustavo alertó a su compatriota con dos disparos lejanos muy potentes de que tendría que sufrir, más cuando vio cómo el larguero repelía un cabezazo del '7' visitante, pero las más clara la tuvo Eto'o a la media hora de juego.

El ariete africano es un atacante de categoría. Después de abandonar Barcelona por una cuestión de "feeling" --según Guardiola--, Eto'o ha sabido reinventarse, adaptarse a otra liga y seguir demostrando lo que es, uno de los mejores delanteros del mundo. Y Kraft --que sacó una gran mano a un disparo suyo-- tuvo que sufrirlo durante los 90 minutos.

Antes de que el colegiado húngaro Viktor Kassai señalara el final de los primeros 45 minutos, Maicon --pretendido este verano por el Real Madrid el pasado verano-- tuvo una de las más claras para adelantar a los suyos, pero no supo aprovechar un buen pase al hueco de Stankovic y los 22 protagonistas enfilaron el túnel de vestuarios antes de ofrecer una segunda parte primorosa.

Tras la reanudación, los bávaros se adueñaron del balón y conducidos por un soberbio Robben, cuando está sano es extremadamente difícil de parar, comenzaron a asentarse en campo contrario. El ex madridista puso un centro medido que Mueller no llegó a rematar. En el minuto 53, él mismo recogió un balón suelto en la frontal y estrelló el esférico en el palo derecho de la meta italiana.

La respuesta la dio el de siempre, Eto'o. Un disparo suyo fue despejado por el meta visitante --bastante sólido durante todo el partido-- y el rechace lo mandó alto el argentino Cambiasso cuando tenía todo a favor para marcar. En los últimos instantes, el Inter apretó pero no encontró premio y acabó viendo cómo se le complicaba el futuro.

Cuando parecía que viajarían a Alemania con el empate sin goles, Robben volvió a intentarlo con un disparo lejano y el meta interista dejó el balón suelto en el 'corazón' del área. Gómez, un 'cazagoles' aprovechó el rechace y logró una gran victoria para los suyos que deja al actual campeón contra las cuerdas.

Aburrido empate sin goles el que han firmado Olympique de Marsella y el Manchester United en el encuentro de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, que deja la eliminatoria abierta para decidirse dentro de dos semanas en Old Trafford.

Poco fútbol se vio en el Vélodrome, en un partido que, sobre todo, decayó tras el descanso. El balón estuvo más controlado por parte de los locales, que no han permitido que el Manchester anotara como visitante, lo que les da esperanza de poder clasificarse a cuartos de final de 'Champions', algo que no consiguen desde 1993, año en el que acabaron levantando la 'Orejona'.

El Manchester entró más metido en el encuentro y dispuso de varias ocasiones en los primeros minutos. Rooney probó fortuna un par de veces pero sus remates no ocasionaron demasiado peligro. Algo más inquieto un disparo al borde del área de Fletcher que detuvo Mandada en dos tiempos.

El dominio visitante se fue evaporando con el paso de los minutos y el Olympique, poco a poco, fue empezando a acosar el área rival. Ayew, por dos veces, y Brandao probaron con tiros lejanos a Van der Sar, pero el meta holandés se mostró sólido.

La segunda mitad comenzó de la misma forma que acabaron los primeros 45 minutos, con mucha circulación por el medio del campo y pocas llegada a las áreas. De lo más peligroso en estos minutos fue un centro-chut de Ayew al que casi llega Brandao para rematar sin oposición.

Los de Alex Ferguson no estaban demostrando su poderío ofensivo y apenas estaban inquietando el área marsellesa. Berbatov, desaparecido como sus compañeros en el ataque, hizo su primer disparo bien entrado el segundo tiempo con un tiro desde fuera del área que se marchó por encima del larguero.

Cuanto más se acercaba el final, más parecía que ambos conjuntos daban como bueno este empate. Poco más se vio en un encuentro con muy poca historia, que deja al United con la obligación de ganar el partido de vuelta en Old Trafford, si quieren pasar de ronda.