El equipo azulgrana venció con holgura en San Sebastián y vivió un domingo plácido, esperando algún fallo rival para echar mano de la calculadora. Ni a propósito le hubiera salido mejor la jugada.

No obstante, a Rijkaard ni mentarle horizontes de alirón: «¿Qué significa que la Liga está ganada?, que podemos relajarnos y trabajar menos. Eso no va con la filosofía de este club», zanjó ayer el holandés.

A falta de diez jornadas y con 30 puntos en juego, el equipo azulgrana aventaja en 11 y 12 puntos a Real Madrid y Valencia; esto es, cuatro partidos. Además, en esta recta final el calendario es azulgrana: Madrid y Villarreal, en el Camp Nou, y Sevilla y Celta, a domicilio, se antojan como partidos más complicados.

En las apuestas, dos están señaladas en rojo como día D: la mencionada visita al Pizjuán, en la jornada 34, o el Barcelona-Cádiz del puente de mayo.

Llega el Getafe

No todo es dicha en Can Barça. Rijkaard se verá obligado hoy a reconstruir su defensa para afrontar la visita del Getafe (21.00, PPV), en el partido adelantado de esta jornada semanal. Sin Edmilson ni Márquez, ambos lesionados, el holandés ha echado mano de la cantera convocando a Rodri. «Es un gran equipo, pero podemos ganarle», ha afirmado el técnico getafense, Schuster.

... y el Real Madrid hace agua

La risa va por barrios. La felicidad en el Barcelona se transforma en impotencia al coger el puente aéreo. El empate ante el Betis terminó por romper al Real Madrid, al borde del siniestro total. Sólo Cicinho, que ayer aún soñaba con el título liguero, se salvó de la quema en un partido que retrató a López Caro, incapaz ya de evitar el naufragio, Raúl, Zidane, Míchel, Raúl Bravo....

Como sucede en estos casos, la enfermedad ha comenzado a extenderse. Si en el campo no se juega, en la grada el público asiste casi indiferente al derrumbe y en la junta directiva surgen voces pidiendo elecciones. Ayer, Onda Madrid recogió el informe de Benito Floro, proponiendo a Schuster como técnico para la próxima campaña.

El antídoto, la revancha

Pero como Dios sólo aprieta, sin ahogar, el Madrid se halla ante una buena oportunidad para lavar su imagen, o parte. Mañana, visita La Romareda, el campo de aquel 6-1 de semifinales de la Copa, donde todo empezó a hundirse.

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