El Barça y su filosofía de juego: los bueno, si es casero, dos veces bueno

Guardiola se abraza con Iniesta en un entrenamiento.
Guardiola se abraza con Iniesta en un entrenamiento.
EFE
Guardiola se abraza con Iniesta en un entrenamiento.

Dicen que como en casa no se come en ningún sitio y en Can Barça se come de lujo. Con productos de la tierra, el ya prestigioso chef Pep Guardiola ha vuelto a encontrar la receta del éxito.

De su cocina ha salido, de nuevo, un delicioso fútbol que ha conquistado la Liga por segundo año consecutivo. Y lo ha hecho, además, completando la mejor temporada en la historia culé. 99 puntos son, como mínimo, tres estrellas Michelín para el Barça de Guardiola.

Y los manjares servidos por Pep al público del Camp Nou han sido los mismos de la temporada pasada. Xavi, Iniesta y Messi siguen siendo las estrellas del menú, con permiso de Piquenbauer. Bajo los palos, Víctor Valdés, otra vez Zamora, pide a gritos plaza en el Mundial y hombres como Puyol o Busquets han compactado perfectamente el ágape.

Pero si alguien todavía se había quedado con hambre ahí estaba la repostería casera, con Pedrito, Bojan Krkic y Jeffren listos para acabar de dulcificar la temporada a los seguidores culés. Los jóvenes canteranos son las últimas delicias cultivadas y luego cocinadas a fuego lento en los fogones de La Masia.

La receta de Pep, sin embargo, también necesita ese toque exótico que aportan los productos importados y ahí han vuelto a triunfar los sabores de la pasada campaña con Dani Alves y Keita o Torué como figuras destacadas. La gran novedad del menú de este año ha sido Ibrahimovic, gran acierto para muchos comensales, y demasiado picante para otros tantos. De Chigrinsky mejor no hablamos, hace falta tiempo para adaptar el paladar al sabor ucraniano.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento