El Osasuna disputará su primera final de Copa contra el Betis tras superar a un pésimo Atlético

El equipo navarro ha hecho valer el gol que marcó Valdo en el partido de ida que, unido al empate a cero cosechado hoy contra el Atlético de Madrid en el estadio Vicente Calderón, le clasifica para la final. La cita tendrá lugar el 11 de junio y su rival será el Betis, que ayer venció al Athletic en la tanda de penaltis.

Osasuna, de la mano del técnico mexicano Javier Aguirre, alcanzó la primera final de Copa de su historia, impulsado por la impotencia de un Atlético incapaz, no sólo de marcar gol alguno, sino de crear peligro con asiduidad o, al menos, de convencer de su garra a una afición que le despidió con una gran bronca, convencida de que ha echado el cierre a otra lamentable temporada.

Sin ideas, sin capacidad para volcar al campo la pasión que deseaba desatarse en las gradas, el Atlético cayó en la trampa de Osasuna, que se encontró cómodo con la ausencia de juego que ambos mostraron.

Aventuró el uruguayo Pablo García que iría a Madrid, "a la guerra" y demostró sus dotes de augur, porque Atlético y Osasuna no hicieron más que intercambiar golpes en toda la primera parte.

Como si quedasen demasiadas cuitas pendientes tras dos partidos de Liga y otro de Copa, más pendientes por solventar discusiones inacabadas, los jugadores de ambos conjuntos ocuparon la mayor parte de la primera mitad en buscar al rival, en provocar encontronazos y desentenderse del balón.

El Atlético no se sintió cómodo con el balón y, ante la presión de Osasuna, obvió el centro del campo y no creó peligro más que con un balón largo, que no supo despejar la zaga navarra, ni aprovechar el uruguayo Richard Núñez (m.12), el más activo en la primera mitad.

El equipo del mexicano Javier Aguirre no se acercó más al gol que su rival, pese a que dispuso de numerosas ocasiones a balón parado para aprovechar la altura del uruguayo Richard Morales. Tan sólo un golpe franco lanzado por Pablo García y despejado de puños por Leo Franco, llevó algo de peligro a la meta rojiblanca (m.29).

Se ahorró Diego Maradonade visita en España, tres cuartos de hora de tedio, pues llegó al descanso. Pero ni la presencia del astro argentino en el palco estimuló a los jugadores en el segundo tiempo.

Con Salva Ballesta en sustitución de Richard Núñez, el Atlético quiso tener más presencia en el área contraria y, quizá, mayor ardor guerrero, pero no cambió demasiado la dinámica de su juego, inconexo y demasiado previsible.

De hecho, tuvo Osasuna la sentencia en el arranque de la segunda mitad, pero el camerunés Pierre Webo no supo cómo rentabilizar un error de García Calvo y le entregó el balón a Pablo Ibáñez, cuando se encontraba solo ante Leo Franco (m.53).

El Atlético, al contrario, aún tardó más de diez minutos en crear peligro, con un remate con la coronilla de Gonzalo Colsa que despejó con apuros Elía. Pero el paso del tiempo no hizo más que aumentar su impotencia, descubrir las enormes carencias del equipo, que no pudo más que confiar en un golpe de suerte para empatar la eliminatoria. No llegó, porque el Atlético no tuvo recursos para buscarlo y Osasuna pudo festejar su primer pase a una

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