No hay la menor duda de que el Atlético de Madrid es la madre de todo surrealismo posible en el fútbol. Y más aún tras los episodios que se suceden en la Ciudad Deportiva rojiblanca en los últimos días.

La culpa las tienen un Porsche y 30.000 euros. La historia, según informa el diario Público, es la siguiente. El coche es el que Movilla, ahora jugador del Murcia, traspasó en su momento a Pablo, central rojiblanco. El problema viene cuando Movilla tuvo que abonar 30.000 euros a la empresa del leasing, ya que el vehículo estaba aún a su nombre. Ese es el dinero que ahora reclama a Pablo.

Según cuenta Público, el Atlético de Madrid sostiene que este conflicto entre compañeros se trata de resolver a través de la modalidad del cobrador del frac.

Aunque los hechos ocurridos durante las últimas semanas -pintada y octavillas han aparecido en la Ciudad Deportiva llamando "moroso" y "traidor" a Pablo- hicieron temer al conjunto rojiblanco que fuera obra de algún hincha para intimidar a Pablo, lo cierto es que el club no cree que sea ese el motivo.

Lo corrobora que el jugador no haya querido poner denuncia. Según Pablo, el único que puede estar detrás de la reclamación es Movilla. Por su parte, el jugador del Murcia no da crédito: "Yo no tengo nada que ver con las octavillas. No tendría sentido tratar una deuda así. Antes iría a ver a Pablo".

Lo que ninguno de los dos niega son los 30.000 euros que Movilla abonó y que ahora le debe Pablo.