Ojos rojos y mil arañazos por los brazos. Es la seña de identidad de una jugadora de waterpolo, y la española Anni Espar no falta a la tradición cuando termina su partido inaugural de los Juegos, en el que han derrotado muy fácil a la subcampeona mundial, China. De repente, en el estreno de esta disciplina femenina en una cita olímpica, ya les empiezan a señalar como claras candidatas a medalla. Quizás sea el ansia española ante la sequía, pero argumentos no faltan.

¿Fue tan fácil ganar a China como pareció?

No, ni mucho menos. Ellas son muy buenas pero creo que nosotras hemos hecho un gran partido. Son duras.

Eso lo pueden asegurar sus brazos llenos de huellas...

Sí, pero aquí todos los equipos son así, muy duros.

¿Qué pasa bajo el agua que no vemos?

Patadas, arañazos, golpes...Pasa de todo, pero es normal. Estamos acostumbradas.

No parece que el equipo haya notado la presión por su primer partido en unos Juegos...

No, solo es una competición más y hay que ir a a ganarla.

¿Se ven candidatas a medalla?

Bueno, eso no lo podemos decir todavía. Creo que tendremos opciones si seguimos jugando como lo estamos haciendo ahora, muy concentradas en la defensa y atacando bien. Pero de medalla todavía nada, mejor ir poco a poco.

¿Visualizan los partidos antes de jugarlos?

Sí, antes pensamos como va a ser, imaginamos lo que tenemos que hacer bien y cómo hacerlo. Y hoy ha salido.

¿Se dedica solo al waterpolo?

No, esto no da para vivir. Este año me marcho a estudiar a Los Ángeles con una beca. Allí también jugaré al waterpolo, pero todavía no sé qué estudiaré.

¿No ve mucha salida en España al waterpolo y al trabajo?

La cosa ahora está bastante mal y me ha surgido una gran oportunidad que no puedo desaprovechar.