Anna Corbella reconoce que "todavía está en una nube". Normal, se ha pasado 102 días surcando los mares para convertirse en la primera mujer española en acabar la Vuelta al Mundo por parejas sin escalas (la Barcelona World Race). Junto a su compañera, la británica Dee Caffari, han acabado sextas.

¿Qué es lo primero que hizo al tocar tierra el miércoles?

Comer y darme una ducha.

¿Cómo se siente?

Todavía no he disfrutado de lo que hemos conseguido. Espero que esta Semana Santa me dé tiempo.

¿Qué va a hacer?

Me voy a quedar en casa, durmiendo y paseando a mi perro.

¿Cuál ha sido el momento más delicado de la regata?

Donde peor se pasa es en el Cabo de Hornos. El agua está muy fría (3º C), hay mucho viento, olas de 10 metros… Todo es gris y nos granizó cuando pasamos.

¿Cumplió la tradición?

Sí. Llevaba un pendiente que me habían regalado mis padres en Reyes y me lo puse al cruzarlo para hacerme la foto. Luego me lo quité, porque es peligroso llevarlo.

¿Cuál es el peor océano?

El sur del Índico y del Pacífico. Son muy húmedos y fríos. Cualquier cosa que te pase allí es definitiva. La ropa, por ejemplo, no se llega a secar nunca.

¿Se encontraron los temidos icebergs?

No porque la organización te avisa de los grandes que hay en tu camino. De los pequeños, no, por eso hay que dejar un margen de seguridad.

¿Y animales?

Ballenas, tiburones, delfines, albatros, peces voladores… Si chocamos es casi peor para ellos porque a nosotros se nos estropearía el barco, pero ellos no saldrían bien parados.

¿La regata es tan dura como se la imaginaba?

Sabía que era así de intensa. Lo que no sabes es cuándo te va a pasar algo.

¿Sufres más mental o físicamente?

Mentalmente. Son muchos días navegando y hay momentos en los que te comes la olla.

Ahí entra una buena convivencia.

Sabíamos que no iba a ser fácil, pero no te queda más remedio. Convives en un especio muy pequeño. Procurábamos que cuando una tuviera un mal día no lo tuviera la otra.

¿Ha aprendido Dee más española o tú más inglés?

Todas las instrucciones las dábamos en inglés, así que a mí me ha venido bien. Ella ha aprendido frases típicas y algún taco.

La prueba se disputa sin ayudas externas…

Sí. Cualquier problema lo tienes que arreglar tú. Te conviertes en un McGyver del mar. Te apañas con lo que tengas. Por suerte, teníamos repuestos de todo lo que se rompió.

Aparte de comida liofilizada, ¿os dábais algún capricho?

Instauramos la tradición de que cada vez que pasábamos un cabo abríamos un paquete de jamón. También llevábamos lomo, longaniza, caramelos y chocolate.

¿Ha perdido mucho peso?

No, solo tres kilos. Lo que iba perdiendo lo ganaba en masa muscular. En vez de hacer dieta, recomiendo dar la Vuelta al Mundo de vela para adelgazar (risas).

¿Ha sido un hándicap ser mujer?

No. La diferencia en esta regata la pone la experiencia no el sexo. Da igual ser hombre o mujer.

BIO Nació en Barcelona hace 34 años. Hija de navegantes, a los 15 empezó a practicar la vela ligera. Hasta hace un año compaginaba las regatas con la profesión de veterinaria.