Fuentes y Carbonell, tras lograr la plata: "El carácter español nos dio la medalla"

  • Las españolas, emocionadas tras lograr la medalla de plata en los Juegos.
  • Recordaron el trabajo de diez horas diarias realizado para lograr este éxito.
  • "Solo puedo dar gracias a la vida por haber conocido a Ona", dijo Andrea.
Las españolas Andrea Fuentes y Ona Ballesteros Carbonell posan con la medalla de plata conseguida en la final de dúo de natación sincronizada, en el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Las españolas Andrea Fuentes y Ona Ballesteros Carbonell posan con la medalla de plata conseguida en la final de dúo de natación sincronizada, en el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Lavandeira Jr / EFE
Las españolas Andrea Fuentes y Ona Ballesteros Carbonell posan con la medalla de plata conseguida en la final de dúo de natación sincronizada, en el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Es posible que Ona Carbonell se hubiera caído en caso de separarla de su Andrea Fuentes. Salieron de la piscina, acabado ya un tango perfecto, y los nervios podían con ella. Una y otra miraron al marcador, preguntaron a sus entrenadoras, Anna y Elisabeth, tan histéricas como ellas, y volveron a mirar al luminoso. Treinta milésimas les daban la plata, China quedaba detrás. Rusia, siempre inalcanzables, en lo alto. Esta vez los jueces se portaron, "y la gloria llegó del cielo", contaría después Andrea.

La zona mixta es felicidad pura: allí llegan Andrea y Ona, con su medalla de plata de plata. Les esperan todas las chicas del equipo. Palmas flamencas, abrazos, besos y dosis de llanto para llenar la piscina. Es la satisfacción tras un año y medio entrenando a lo bestia, 10 horas diarias. Energía concentrada liberada en un instante. Se unen en corro y hacen tronar el pasillo: "¿Quiénes son las mejores? Nosotraasssss". "Hemos demostrado que si se quiere, se puede. El ejercicio es el resultado de muchísimas horas de trabajo", dice Andrea.

Y siguen unidas, hermanas siamesas sincronizadas fuera y dentro del agua. Ona, la benjamín de la sincro en los Juegos Olímpicos no articula apenas palabra. La emoción le supera y cuando Andrea le dedica la plata, no aguanta más. "Lo mejor de estos tres años juntas no es la plata, sino haberla conocido. Hemos pasado un año y medio durísimo, diez horas juntas cada día, pasando cosas buenas y pasando cosas malas. Solo puedo dar gracias a la vida por haber conocido a Ona. Nunca estuve ni estaré tan unida a una persona como ahora", cuenta Fuentes.

¿Y cómo fueron capaces de remontar a las chinas? Ona apela a un rasgo único en esta pareja respecto al resto de adversarias: "Hemos enganchado al público, el carácter español es el que nos ha dado la medalla".

Detrás de ellas, Anna Tarrés no puede exteriorizar más alegría. La plata también es suya: "Las chicas lo han bordado. Ayer (lunes) tuvimos una sesión de una hora de vídeo y han reaccionado. Teníamos un plan en la segunda parte de la sesión. Había que enganchar más, mejorar el tono físico y así lo hemos hecho. La gente ha llorado con ellas. Andrea ya es veterana pero Ona ha dado el callo y quiero felicitarla porque ha sido impresionante".

Este miércoles, a las nueve de la mañana, volverán a la piscina. Se avista la segunda medalla, la de todo el equipo.

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