Fernando Alonso afronta el GP de Francia con ciertas mejoras en su R28 y algunas que quedan por llegar. En su mente está el podio si puede aprovechar la situación de carrera y, como dijo, prefiere arriesgar todo lo que sea posible, como hemos visto en las anteriores citas.

No ha sumado punto alguno en las dos últimas carreras (Mónaco, con una décima plaza, y Canadá, con un abandono), pero tiene esperanzas porque su monoplaza ha mejorado, se vio en los entrenamientos en Montmeló. Ahora llega al circuito de Magny-Cours, donde venció en 2005, con ansias de estar entre los mejores.

Y se jugará sus opciones: "Arriesgar o no depende de la situación de carrera que haya. En Mónaco podía haber sido tercero o cuarto, pero por dos errores míos no lo conseguí. En Canadá tuve otro error y no pude acabar. Iba tercero, pero tenía que entrar en boxes en cuatro vueltas y hubiera salido, según las previsiones del equipo, séptimo u octavo. Prefiero arriesgar y no acabar que conformarme con eso".

La batalla será entre los BMW, los McLaren y los Ferrari. El circuito francés requiere una configuración de apoyo aerodinámico medio-alto y goza de uno de los asfaltos más lisos del calendario, lo que permite a los equipos bajar la altura de los monoplazas y endurecer los reglajes de la suspensión para mejorar la aerodinámica.