Alfonso Ramos Cuevas, el Cristiano Ronaldo de la consola

Alfonso Ramos posa con un balón y la camiseta de España.
Alfonso Ramos posa con un balón y la camiseta de España.
MERCEDES MENÉNDEZ
Alfonso Ramos posa con un balón y la camiseta de España.

"¡Apaga la consola y ponte a estudiar de una vez!". ¿Cuántos padres o madres habrán pronunciado esa frase en un intento desesperado por rescatar a sus hijos del virtual mundo de los videojuegos? Seguramente muchos, pero... ¿qué dirían esos padres si su hijo vuelve a casa con 16.000 euros en el bolsillo por haber ganador un campeonato con la dichosa maquinita? Alfonso Ramos Cuevas puede presumir de haberlo conseguido. Y dos veces. Este asturiano de 24 años es bicampeón mundial de fútbol virtual a los mandos del popular FIFA de EA Sports. Cualquiera le dice ahora que apague la consola...

"Tampoco juego tanto, de hecho en las dos semanas previas al campeonato del mundo apenas practiqué. Era mi padre el que tenía que decirme todo el rato que me pusiera a jugar un poco", explica Alfonso, que levantó su segunda corona mundial hace solo unas semanas en Dubái.

Eso sí, para llegar a la fase final de los Emiratos, donde se citaron los 24 mejores jugadores del planeta, tuvo que echar antes unas cuantas partidas por Internet. "Muchas, muchas... Hay que ganar una burrada de partidos para poder clasificarte de forma on line, porque había más de un millón de participantes en todo el mundo. Prácticamente le dediqué un mes entero, pero aproveché para jugar cuando todos mis amigos estaban de exámenes. Yo estudio un grado de Educación Física los fines de semana y solo tengo exámenes a final de curso, así que allá por los meses de febrero o marzo pude dedicarle tiempo a la consola".

Pero no solo se trata de jugar mucho, también hay que ganar, claro. "Para clasificarme jugué 586 partidos y gané unos 570, un porcentaje de victorias increíble. Recuerdo que tuve una racha de 210 partidos consecutivos sin perder y terminé con una media de 4,2 goles a favor y 0,3 en contra", asegura Alfonso, que todavía retiene todas esas cifras frescas en su memoria.

Echando un cálculo rápido, y teniendo en cuenta que cada partido dura 10 minutos, Ramos se pasó casi 100 horas delante de la pantalla o, lo que es lo mismo, algo más de cuatro días ininterrumpidos marcando goles desde su habitación contra rivales de Canadá, Hong Kong o Honolulú. Ser un profesional de los videojuegos también requiere su esfuerzo. "Verlo jugar en casa es un espectáculo, porque se pone a gritar como un loco cuando marca un gol. No quiere que nadie lo moleste y a veces se encierra en la habitación y no nos deja entrar ni a su madre ni a mí", cuenta su padre, Ramón.

Alfonso empezó a jugar al FIFA con solo nueve años, a una de las primeras versiones que salieron del videojuego, cuando los muñequitos que entonces corrían por el campo (Mijatovic, Henry, Suker...) todavía se parecían más a un píxel que a sus modelos de carne y hueso: "A mi padre siempre le han gustado mucho los ordenadores, los móviles, etc., es un poco adicto a las nuevas tecnologías (ríe)... se compró  una Gameboy que me apropié cuando tenía siete años y esa fue mi primera consola. Luego tuve una Supernintendo con la que empecé a jugar al FIFA'97, pero la verdad es que al principio era bastante malo, casi siempre perdía".

Poco a poco, sin embargo, Alfonso fue perfeccionando su técnica hasta convertirse en un genio del balón interactivo: "Empecé a competir en 2005 en un certamen que organizaron en Asturias. Vi que ganaba más o menos fácil y decidí apuntarme a torneos por Internet donde el nivel es mucho más elevado. Para adquirir destreza tienes que jugar on line y elegir a rivales buenos, solo así puedes aprender de ellos".

Un Mundial hace cuatro años

Ramos ganó su primer Mundial en 2008, gracias, en parte, a una inoportuna lesión de rodilla: "Desde pequeño siempre he jugado al fútbol en un equipo, pero al fútbol de verdad, al que tienes que correr, que luego la gente se piensa que estamos todo el día enganchados a la consola y no es así. Desgraciadamente, en 2008 me rompí los ligamentos en un entrenamiento y tuve que estar casi tres meses sin moverme de la cama. Me pasaba los días enteros jugando al FIFA, casi sin parar, y en esa época mejoré un montón. Me sirvió para ganar mi primer Mundial en Berlín". Por aquel título le dieron 13.000 euros, el primer 'premio gordo' que cayó en su bolsillo con apenas 20 años.

"¡Invité a cenar a todos mis amigos! Hasta la fecha solo había ganado premios menores, como mucho de 600 o 700 euros, y aquello fue la leche", recuerda. Pero aquel botín fue un punto de partida, porque a partir de entonces su cuenta corriente creció exponencialmente: "Ya llevo ganados más de 50.000 euros con la consola. Es algo increíble, nunca pensé que se podía ganar dinero cuando empezaba a jugar". Y se puede, vaya si se puede: "Hace poco estuve en un torneo en Nueva York donde el campeón ganó  150.000 euros. Yo solo pude llegar hasta los cuartos de final, pero por lo menos me llevé 2.000, que me sirvieron para pagarme el viaje y el hotel. No hay que olvidar que ir a competir por todo el mundo también conlleva sus gastos".

Alfonso, el primer y único bicampeón mundial del FIFA, cuenta con una ventaja, y es que puede aplicar sus tácticas en el fútbol real: "Entreno a un equipo de alevines de mi pueblo, de Sama de Langreo, y creo que eso me ayuda bastante para tener una concepción táctica que no tienen mis rivales". Pero admite que se pone más nervioso en el banquillo que delante de la pantalla: "Allí no puedes apretar un botón para que un jugador corra más. No lo tienes todo tan controlado, aunque estoy muy encima de los chavales durante todo el partido. Eso sí, celebro más sus goles que los míos con la consola".

Lo de dedicarse profesionalmente a los videojuegos aún no lo ha decidido: "No sé si me gustaría, yo juego porque disfruto y si esto se convirtiera en un trabajo podría llegar a cansarme... aunque con la que está cayendo con la crisis puede ser una salida. En países como Corea o China existen verdaderos profesionales que ganan millonadas. Acuden a programas de televisión, les hacen entrevistas en los periódicos... son considerados casi, casi, como estrellas de cine. Pero ellos se dedican más a juegos de rol o de lucha, del estilo StarCraft, World of Warcraft o Halo 2".

Campeón del mundo en la tanda de penaltis

Alfonso revalidó su título mundial en Dubái al vencer en la final al francés Bruce Grannec. El partido se decidió en la tanda de penaltis después de un 0-0 al término de la prórroga. Curiosamente, los dos jugaron con el Real Madrid. "Es que en el FIFA 2012 Cristiano Ronaldo es el mejor futbolista con diferencia y Casillas, el mejor portero. Casi todos elegimos al Madrid. Yo no tengo problemas porque soy aficionado blanco", revela Ramos, aunque tampoco tuvo problemas en pasarse al eterno rival: "En 2008 gané el Mundial con el Barça porque entonces era el mejor equipo del juego. Fue un poco traición a mis colores".

El campeón, además de llevarse 16.000 euros, recibe una invitación para la Gala de la FIFA, que se celebra anualmente en Zúrich. Alfonso acudirá este año por segunda vez: "En 2008 conocí a Torres, Xavi, Cristiano, Kaká... tengo fotos con casi todos. Esta vez me gustaría que invitaran a Beckham, siempre ha sido mi ídolo".

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