Al salir del instituto, con sus amigos llamándole a lo lejos, hablamos con él de su victoria  en el Torneo Internacional de sable Ville de Tarbes, disputado la pasada semana en Francia, donde alzó como trofeo el Sable de Oro.

¿Cómo se tomaron los franceses su victoria?

No muy bien, porque ellos  luchaban por clasificarse para el Mundial de Corea.

¿El ambiente fue hostil?

Imagínate, todo el pabellón  en mi contra pitando y un francés en la final. Los árbitros intentaron favorecerle, pero no pudieron.

¿Compagina bien el entrenamiento con los estudios?

Hago lo que puedo, pero, además, soy músico. Estudio tercer grado de violonchelo y piano en el Conservatorio. Espero no tener que elegir nunca entre las dos disciplinas.

¿Por qué los jóvenes hacen hoy menos deporte?

No lo sé, quizá porque prefieren salir por las noches, estar con los amigos y jugar a las consolas.

Y usted, ¿sale mucho?

Ni bebo ni fumo. Salgo lo justo y necesario.

¿Es tan buen espadachín con las chicas?

¡Qué va! Tengo desparpajo, pero ahí me quedo.

Elija entre El Zorro, D’Artagnan o el Capitán Alatriste.

Me quedo con D’Artagnan porque he crecido viéndole en dibujos animados.

¿Ha tenido que blandir el sable para defenderse?

Sí. Cuando tenía 11 años, y volvía a casa de entrenar, tuve que ahuyentar con mi sable a un yonqui que me quería robar.

BIO

Natural de Madrid (12-10-1989). Ha sido cuatro veces campeón de España en categorías inferiores.