Pocas sensaciones son comparables para un aficionado al fútbol como ver al portero del equipo convertirse en el héroe del encuentro con un gol postrero, pero lo vivido en el Vinarós-Peñíscola de Primera Regional es el ejemplo de que la vida del hincha, a veces, es muy cruel.

Corría el minuto 95. El Vinarós perdía 0-1 y les pitaron falta a favor en el borde del área. Por su buen disparo, pidieron a su portero que lanzase... y marcó. Locura en la grada, incluida la comentarista que estaba narrando el encuentro y que es aficionada al club castellonense.

Pero aún quedaban unos instantes por jugarse. El portero, héroe del día, se fue hacia atrás, a su sitio, mientras emocionado intentaba digerir lo que había hecho. Tan ensimismado estaba en el gol que había marcado que no se dio cuenta de que estaba muy adelantado... y un futbolista del Peñíscola lo aprovechó. Mandó un disparo largo que se coló por encima del cancerbero, que en el suelo no se podía creer que se hubiera tragado semejante gol.

En apenas unos segundos, pasó de héroe del día... a villano. La decepción de la grada quedó perfectamente remarcada en la narración.