El ciclista Óscar Freire destapó en El País su malestar por las nuevas reglas antidopaje de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Al parecer, este organismo le envió, hace más de un mes, una carta en la que se le exigía rellenar al detalle un formulario donde debía dar cuenta de todos sus movimientos en los próximos tres meses para estar localizable las 24 horas del día. Primero se rebeló, aunque acabó cediendo. Pidió consejo a la asociación de corredores, pero ya había hecho la guerra por su cuenta. «Finalmente, lo envié con un escrito que aducía que aquello era anticonstitucional y que vulneraba el derecho a la intimidad. No me han contestado», afirmó Freire, que en sus ocho años de profesional nunca ha dado positivo.