Una de las “cosas más extrañas” a las que tendremos que enfrentarnos cuando se estrene la quinta y última temporada de Stranger Things será a la contemplación de unos veinteañeros interpretando a chicos de catorce y quince años. Aún no sabemos cuándos se emitirá en España el episodio final de la popular serie de Netflix: en principio, se lo esperaba para 2024, pero la huelga de actores y guionistas podría aplazar sine die la despedida de Stranger Things.
En cualquier caso, para cuando ocurra, Joe Keery, el otrora antipático exnovio de Nancy y actual héroe (masculinidad deconstruida mediante) de la serie, le sacará más de diez años a su personaje. Millie Bobby Brown, por su parte, quizá ya esté casada con el hijo de Jon Bon Jovi para cuando se estrene la temporada definitiva de Stranger Things. O, si los directivos no se avienen a negociar con los sindicatos y la huelga se alarga más de lo previsto, puede que incluso le haya dado tiempo a divorciarse.
Mientras aguadan a que se reanude el rodaje de la serie, los intérpretes de Stranger Things pasan el tiempo entre entrevista y entrevista. Keery ha aprovechado para señalar el “triste ambiente” que invadía el set días antes de que tuvieran que apagar las cámaras. Cada plano los acercaba, de forma inevitable, al fundido a negro de la que, para todos los implicados (excepto Winona Ryder y Matthew Modine), ha sido su época profesional más gloriosa.
Millie Bobby Brown ha despojado de solemnidad la acechante despedida de Stranger Things revelando cuál es su mayor temor al interpretar a Once. Pista: no son los demogorgon. Tampoco, regresar a un instituto para una lección de álgebra.
Millie Bobby Brown, adicta a la cuarta pared
La actriz de 19 años no sólo ha actuado en la producción de los hermanos Duffer. Además de Once, Millie Bobby Brown ha dado vida a la hermana del detective más famoso de la ficción en las dos entregas de Enola Holmes. La última se estrenó en 2022, con lo que la actriz aún tiene muy reciente su desempeño como investigadora, y esto le produce pesadillas. Literalmente.
En Enola Holmes, Bobby Brown acostumbraba a mirar a cámara para interpelar al espectador, lo que suele denominarse como “romper la cuarta pared”. El primer fenómeno audiovisual de Netflix, House of Cards, empleaba este recurso con asiduidad. No así Stranger Things, donde si los personajes clavan sus ojos en la lente de la cámara es por accidente, y hay que repetir la toma.
Por eso, Bobby Brown ha reconocido en esta entrevista que teme que el hábito contraído en Enola Holmes sea difícil de erradicar: “Mientras rodaba Enola Holmes, tuve un sueño en el que no podía dejar de mirar la cámara y, ahora, tengo un pánico exacerbado a que nunca consiga dejar de observarla. Estoy obsesionada con eso”.
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