Cuarto sábado de protestas en París

89.000 agentes en toda Francia, 8.000 en París, una docena de blindados. Un férreo dispositivo que ha actuado para intentar evitar la violencia en las calles. Sin embargo, los manifestantes han tratado de cortarlas, un acto que ha sido respondido con gases lacrimógenos. Los agentes han requisado cuchillos y bolas de acero a los manifestantes que se dirigían a la movilización. Se han vuelto a repetir, aunque en menor medida, los destrozos del mobiliario urbano y la quema de contenedores, mientras piden la dimisión de Emmanuel Macron, que guarda silencio. Su primer ministro se reunió este viernes con una delegación moderada de los 'chalecos amarillos', que no representa, según dicen ellos mismos, al grueso del colectivo. Un movimiento trasversal con cuarenta y dos reivindicaciones, entre ellas consultas populares para anular leyes y destituir a los políticos.