El procesado, sobre las 20.00 horas del día 15 de agosto de 2014 en Carreño, inició una discusión con su exmujer. En el transcurso de la misma, el procesado cogió un destornillador de 24 centímetros de longitud -11 eran de mango- y se dirigió hacia a la mujer. Ella salió corriendo pero el procesado comenzó a perseguirla. Cuando la alcanzó, la agarró fuertemente del brazo derecho y le clavo el destornillador en el abdomen unas 4 veces, sin que afectara a ningún órgano vital.

A consecuencia de la agresión, la mujer sufrió lesiones de las que tardó en curar 14 días. Le quedaron como secuelas cuatro cicatrices y trastorno adaptativo de tipo ansioso, no afectando a ningún órgano vital. La perjudicada renunció toda indemnización que pudiera corresponderle.

El 16 de septiembre de 2014 el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 1 de Gijón acordó una Orden de Protección consistente en prohibir al procesado acercarse a la mujer a menos de 200 metros, ni comunicarse con ella por cualquier medio, medidas que estarán en vigor hasta que exista sentencia penal firme o otra resolución las modifique o deje sin efecto.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de malos tratos en el ámbito familiar y solicita que se imponga al procesado la pena de un año de prisión, privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 3 años, prohibición de aproximarse a la mujer a un distancia no inferior a 500 metros durante 3 años y la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio durante el mismo periodo de tiempo.

Además de la pena de prisión la Fiscalía solicita que el procesado indemnice al Servicio de Salud del Principado (Sespa) por los gastos médicos ocasionados por la asistencia de la perjudicada con 60,17 euros.