Cézanne fue un caminante incansable. Odiaba las carreteras modernas. Uno de los motivos más constantes en su obra es la curva del camino, que los paisajistas han utilizado tradicionalmente para atraer la mirada del espectador hacia el interior del cuadro.
Museo Thyssen-BornemiszaLos bodegones de Cézanne están llenos de ecos de sus paisajes. Sobre todo de la montaña Sainte-Victoire, protagonista casi obsesiva de su pintura.
Museo Thyssen-BornemiszaCézanne convierte sus naturalezas muertas en paisajes, sus paisajes sin figuras y sin movimiento se transforman fácilmente en naturalezas muertas.
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