Sacarse el carné de conducir exige siempre un amplio esfuerzo pero si eres sordo, además, debes saltar numerosos obstáculos, sobre todo en la parte teórica.

La cosa no es nada sencilla en la región porque las personas que tienen esta discapacidad no cuentan con temarios adaptados a sus necesidades.

Como ocurre en otras comunidades, varios usuarios lo han solicitado y la DGT se lo ha negado por considerar que no son necesarios.

Sus dificultades pueden pasar desapercibidas para muchos porque, al fin y al cabo, es un test escrito y los sordos pueden leer.

Hasta ahí de acuerdo, pero el lenguaje de ellos es más escaso que el de cualquier otra persona y su capacidad de comprensión no es la misma.

Comprensión difícil

«El lenguaje de signos no tiene tantas palabras como el castellano en general. Por eso, la comprensión de las frases es muy difícil», aseguran desde la Federación de Personas Sordas de la región.

A este problema se le suma también que ninguna autoescuela ofrece una clase adaptada a ellos. En la actualidad si un sordo quiere sacarse el carné de conducir debe preparárselo por su cuenta o buscar a otras siete personas en su misma situación, crear un grupo y solicitar un intérprete.

«Es muy complicado porque los horarios no son los mismos», reconoce Manuel Centenero, uno de los sordos que se está sacando actualmente el carné y que ya ha contactado con otras cinco personas en su situación.

Cambios

Para acabar con esta situación discriminatoria la Federación ha presentado varios escritos para que se cambie, aunque por ahora sin éxito.

«Lo raro es que antes sí se tenían en cuenta estas desigualdades y había temarios adaptados. Ahora las personas sordas están abocadas a suspender esta parte del examen una y otra vez», aclaran desde la Federación.

Aunque parezca mentira, la parte práctica es más sencilla y sólo precisan de un retrovisor más grande para acabar con los puntos muertos.

Manuel Centenero. 21 años.

Lleva menos de un mes trabajando y su ilusión es poder sacarse el carné para no tener que coger el bus que le lleva a Boecillo. «Llevo un año apuntado a la autoescuela y tres meses intentándolo. Pero es muy difícil».

Manuel es uno de los sordos de la ciudad que quiere tener el carné. «Ya he suspendido una vez. En Tráfico pedí un intérprete para que me explicara las dudas, pero me lo negaron».

Su problema es que en clase no entiende casi nada «la profesora habla muy rápido y los compañeros no me pueden ayudar. Me siento mal porque estoy solo».

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