Fernando Alonso siempre ha cedido sus premios a los mecánicos de sus equipos

  • La prensa inglesa aseguró que sobornó en Spa a sus propios mecánicos para que batieran a Lewis Hamilton.
  • El asturiano siempre ha cedido parte de su premio en cada carrera, desde que estaba en Renault, asegura el As.
  • En MacLaren no le dejan por sus normas internas.
Alonso fue tercero en Bélgica (Efe).
Alonso fue tercero en Bélgica (Efe).
EFE
Alonso fue tercero en Bélgica (Efe).

Desde que la FIA ha sancionado a su equipo por espionaje y Ron Dennis, públicamente, y Norbert Haug, en conversaciones privadas con periodistas de su país, se han empeñado en convertir a Fernando Alonso en cabeza de turco para limpiar su imagen como responsables máximos de una escudería eliminada del Mundial de constructores.

Especialmente falsa es la acusación lanzada por el Daily Mail, que asegura que sobornó en Spa a sus propios mecánicos para que batieran a Lewis Hamilton.

Esa información dice que el ovetense les habría pagado a cada uno de ellos mil euros. Y lo visten suciamente, cuando la obligación profesional de los mecánicos del coche número uno es batir a Hamilton. Al igual que la de los del monoplaza número dos es imponerse al bicampeón del mundo.

Una costumbre de hace años

Según el diario As, la costumbre de Alonso, heredada de la época del kárting y muy habitual en las carreras, era darles una gratificación a los mecánicos después de cada victoria. Un dinero que procedía del premio que le correspondía por ganar. Así lo hacía en Renault y lo contaban hombres con tan buena reputación como el argentino Piero Pallavicini (mecánico de confianza de Fernando en Renault). Al principio lo hizo incluso con su primer podio. Les daba una cantidad de dinero en torno a esos mil euros por haber realizado su trabajo de manera excepcional. Les hacía partícipes de la victoria.

Además, de cuando en cuando los invitaba a cenar en las cercanías de la fábrica de Renault de Enstone. Se trataba de hacer grupo, de hacer equipo. Por eso en la escudería francesa formaba parte de una familia. Es cierto que a veces discutía con los patriarcas Briatore y Symonds, pero la tropa le adoraba.

Después de su primera victoria en Malaisia, Alonso siguió con su costumbre y les dio una gratificación a sus hombres. Como no había nada que ocultar, se lo dijo a la escudería, pero ésta obligó a los mecánicos a devolver el dinero porque contravenía a sus rígidas normas. Así que no han cobrado por ninguna carrera más, ni siquiera por la última victoria de Monza, y no hay ningún tipo de fantasmas en este asunto.

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