Shenzhen es el ejemplo paradigmático del crecimiento urbanístico desatado. Esta urbe del sureste chino cuenta actualmente con una población estimada de más de ocho millones de personas, pero se estima que en total, contando sus áreas periféricas podría llegar a los 12, casi un tercio de las personas que viven actualmente en España.

Pero la historia de esta ciudad no siempre ha sido así, tal y como recoge Urbanity. Su entrada en el selecto club de las megalópolis se inició hace menos de 30 años, cuando el gobierno chino la declaró una "Zona Económica Especial" que la elevó al rango de prefectura. En otras palabras: significaba que el Estado iba a invertir en su crecimiento y su desarrollo.

Cuando se decretó su nuevo estatus, Shenzhen era un núcleo rural de apenas 30.000 habitantes, dedicados mayoritariamente a la pesca. La decisión del Gobierno chino cambió irremediablemente su futuro: el escaso precio del suelo, el clima favorable y las garantías que ofrecía la custodia del régimen comunista, alentó a las empresas a situarse en la zona y, con ellas, llegó la población.

La ciudad con mayor densidad de China

El resultado salta a la vista menos de tres décadas después: es la ciudad con mayor densidad de población de toda China, con más de 4.300 habitantes por kilómetro cuadrado según los datos del último censo, hace ahora cinco años.

Además de todo ello, se ha convertido en un referente urbanístico de la nueva potencia emergente: hay 42 edificios con más de 150 metros de altura, entre los que destaca el Shung Hing Square, con 385 metros de altura en total.

Como anécdota, basta echar un vistazo a la nómina de ciudades hermanadas con esta ciudad de pescadores, entre las que destacan núcleos industriales como Nuremberg o Turín .