La iniciativa gubernamental incluye la instalación de unos 500 televisores en los lugares de esparcimiento más frecuentados por la juventud de las provincias musulmanas de Pattani, Yala y Narathiwat, donde la violencia ha causado cerca de 900 muertos durante los últimos veinte meses.

"Vamos a intentar que los jóvenes sean dóciles consiguiendo que dediquen su tiempo a pensar en el deporte y a ver los partidos de liga en vez de salir a la calle para matar a la gente", manifestó el ministro tailandés del Interior, Kongsak Wanthana.

El fútbol, que en Tailandia mueve cada año cientos de millones de dólares en apuestas ilícitas, es desde hace una década uno de los deportes más populares. Según el gobierno que encabeza el primer ministro Thaksin Shinawatra, quien hace dos años intentó sin éxito adquirir el Liverpool, la mayor parte de los ataques que se producen a diario en el sur son perpetrados por jóvenes militantes.

La violencia en la región del sur, la menos desarrollada de Tailandia, comenzó en enero de 2004 cuando el movimiento separatista islámico emprendió la lucha armada después de una década de escasa actividad guerrillera.