De esta forma, diez personas recorrerán las zonas de marcha del entorno de la avenida de Aragón, y también de la plaza Cánovas, para entablar conversación con los jóvenes que arman escándalo en la calle y hacen botellón.

La brigada intentará convencerlos para que cesen en su actividad. Los integrantes del programa realizarán algo parecido con los conductores que dejen sus vehículos estacionados en doble fila. Además, podrán llamar al 112 (teléfono de emergencias) «ante cualquier situación que lo haga necesario», apuntan desde el Consistorio.

La actuación se enmarca en un plan de empleo municipal que se desarrollará desde el 1 de septiembre hasta el 31 de octubre.

La Federación de Hostelería, por su parte, se ha comprometido a contratar, como mínimo, al 30% de los participantes para que realicen tareas de admisión en los locales (evitando que entren menores o salgan clientes con bebidas alcohólicas, así como manteniendo las puertas cerradas).

El Ayuntamiento no descarta que, si la iniciativa tiene éxito, se extienda a otras zonas (Juan Llorens, El Carmen...) a partir de 2007.