El director y actor Ben Affleck ha asegurado que le habría gustado filmar su último trabajo Argo, que ha presentado en la 60 edición del Festival de San Sebastián fuera de concurso, en Irán porque resultaría "mucho más realista".

El cineasta y actor ha comparecido ante los medios junto al actor Alan Arkin, uno de los protagonistas de Argo junto al propio Affleck, John Goodman y Bryan Cranston. Se trata de una película que, basada en hechos reales, relata una operación secreta para rescatar a seis estadounidenses en plena crisis de rehenes en Irán.

Affleck ha confesado que no le parece cierto que sea más fácil dirigirse a uno mismo que al resto de actores porque, con ellos, "como muchas veces les idolatras, te creces".  Además, ha destacado la ventaja de poder dirigir a "colegas" como Arkin, a quienes puedes "mirar a los ojos y enterarte de si la toma ha sido buena o no".

El estadounidense ha señalado que hay directores que en todo momento tienen muy claro cómo quieren que discurra el rodaje, pero no es su caso. "Ojalá yo fuera tan bueno", ha apuntado. De hecho, ha afirmado que suele "sobrerodar" y acumular tomas para después "experimentar" en la sala de montaje, "en la oscuridad, sin tanta presión".

A Affleck le hubiese gustado rodar los exteriores del filme en Irán porque resultaría "mucho más realista". Por ello, el cineasta trató de enviar cinematógrafos a este país para lograr un poco de metraje, pero finalmente no fue posible.

Al ser preguntado sobre sus próximos proyectos, Affleck ha señalado que todavía no sabe cuál va a ser su siguiente trabajo.

Por su parte, Arkin ha señalado que Affleck es "muy exacto y preciso" cuando dirige, y, además, le resultó "fácil trabajar con un director y amigo".

El actor ha explicado que, cuando compartía escena con Ben le miraba a los ojos y se decía, "el actor me está mirando como director, colega, lo veo en la mirada". "Su precisión ha permanecido mientras permanecía en la escena y mientras no", ha apuntado, para insistir en que "es muy meticuloso".