La iluminación led es ya una realidad preparada para todos los hogares europeos. La luz halógena ha comenzado su progresiva retirada hasta el 2018, momento en el cual  dejará de fabricarse y de venderse definitivamente.

La diferencia de precios existente entre una bombilla halógena y su comparable led es nula, puesto que se debe tener en cuenta que esta última dura 15 veces más. El consumidor, que busca reducir la factura de la luz de su casa, debe asumir esta situación como una elección natural. A la hora de sustituir una bombilla en su domicilio, debe optar por aquella que le dé mejores resultados, y esta es claramente la de tecnología led.

Debemos acostumbrarnos a ver las características de una manera diferente. Cuando antes, a la hora de adquirir una bombilla halógena, se miraba la potencia, ahora hay que mirar los lúmenes. El color de la luz también es importante, aun cuando lo más ventajoso es el color blanco frío, hay quien todavía decora con luz y necesita colores más cálidos.

Lo más importante es no querer hacerlo todo de golpe. Resulta poco rentable sustituir una bombilla de 55 W funcionando en un lavabo de servicio, que apenas se usa una vez que otra, así como es muy rentable cambiar las bombillas de la cocina y las del salón, que se utilizan varias horas todos los días del año.

Como ejemplo, unos números rápidos: una bombilla halógena de 55 W funcionando 4 horas diarias consume 80 kWh al año, más o menos 12 euros a lo largo de un año. Una bombilla led de 15 w, usándose el mismo periodo de tiempo, consume solo 22 kWh al año. ¡Casi 9 euros menos cada 12 meses! Si la bombilla led cuesta menos de 5 euros, la elección para el consumidor estaría clara, ¿no?