IRENE LOZANO. ESCRITORA
OPINIÓN

Carta a Rita Barberá, Senadora

Periodista, escritora y política.
Periodista, escritora y política.
JORGE PARÍS
Periodista, escritora y política.

Querida Rita: Me encarga Arsenio que te escriba y me pongo a ello con desconcierto. No creo en el más allá, o sea #LoSiguiente. Digamos que no ha acreditado su existencia, pero ya sabes cómo son los directores de periódicos cuando se empeñan. En todo caso, es verdad que quienes hablaron ayer de ti hablaban del más acá. A veces de tan acá que parecía que tu muerte era algo que les estaba ocurriendo a ellos. Ya me entiendes: unos pensaron que lo importante de tu muerte era su minuto de no silencio; otros vieron la ocasión perfecta para tramitar de nuevo tu alta como militante del partido, después de haberte tratado como una apestada. Y aún unos terceros pensaron que la mejor forma de enjugar su propia culpa era regañándonos a todos los demás, la clásica reacción defensiva.

Hubo tan pocos a la altura que fue uno de esos días que una piensa en exiliarse, el problema últimamente es a dónde. Un viejo amigo, que en tiempos fue un insuperable polemista, me contaba, cuando ya le habían apaciguado un poco los años, que su frase preferida cuando una discusión subía de tono era: "Todos somos humanos". De tan obvia, su rotundidad desarmaba al personal. Todo el mundo asentía de inmediato en torno a su frase y así diluía la polémica. Vista la siniestra bronca de ayer –tu muerte es la versión hard de esa sentencia–, está claro que no nos ponemos de acuerdo ni en que todos seamos humanos.

Ahora que ya has visto el único argumento de la obra, contemplarás las reacciones partidistas y la épica a favor o en contra con distancia, imagino. Tu muerte sobrecoge, como todas, por la muerte en sí. La civilización nos enseña a guardar un prudente respeto en estos casos porque todos vamos a estar un día ahí. Por cierto, un minuto de silencio no es un homenaje, es un alto en el camino para reconocernos como humanos que paran su rutina cuando fallece el de al lado. Nada más. Ya sabes tú, Rita, que no por morirte tienes razón, ni eso te va a absolver o a condenar. Habrá quien te siga señalando por tu responsabilidad política en la corrupción valenciana o que señale tu falta de empatía. Es legítimo. Un cuarto de siglo de alcaldesa deja huella, para bien y para mal. Y la crítica política no descansa, solo respeta y solo un día. Pero si en vida tenías en contra casi a toda España, muriéndote has puesto de tu parte a los tuyos. No es poca cosa.

Que la tierra te sea leve, Irene Lozano

Mostrar comentarios

Códigos Descuento