La violencia machista ha aumentado en los últimos años no solo entre adultos, sino también entre los adolescentes, según el catedrático especializado en sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, quien atribuye este "claro repunte" a la falta de autoestima.

Algunos se sienten infravalorados y optan por tratar a las chicas con violencia y menosprecio, según Elzo, quien ha participado en El adolescente y su entorno en el siglo XXI. Instantánea de una década, el quinto informe del Observatorio de la Infancia y Adolescencia Faros.

El estudio, que recoge la irrupción del acoso escolar y virtual, destaca que, aún cuando la violencia juvenil continúa siendo principalmente masculina, la femenina gana peso.

Jóvenes, pero enfermos

El estudio desmiente el tópico de que juventud es sinónimo de salud. El 10% de los adolescentes son enfermos crónicos y un porcentaje similar padece depresiones y angustia, aún cuando de aquí a unos años el 40% podría sufrir trastornos mentales.

"Hay enfermedades que antes eran mortales, como, por ejemplo, la fibrosis quística, y que son ahora crónicas gracias a los adelantos médicos, a las células madre o a los trasplantes", ha explicado el responsable del estudio y jefe del servicio de Pediatría de Sant Joan de Déu, Santiago García-Tornel. Por otra parte, el estilo de vida actual favorece enfermedades como la obesidad. "La juventud de ahora, si no se cuida, morirá antes que nosotros", alerta el pediatra.

El estudio denuncia la "banalización" del cannabis y del consumo excesivo de alcohol, especialmente los fines de semana, pese a la "cruzada" actual contra el tabaco. También critica que las políticas públicas estén más orientadas a disminuir el daño que a evitarlo.

Alcohol y drogas

Las consecuencias del consumo de sustancias estupefacientes pueden no sólo perjudicar a los adolescentes que las toman, sino también a sus hijos. Estos pueden nacer de forma prematura o ser más pequeños del normal, según indica el jefe de Obstetricia y Ginecología del centro, Josep Maria Lilla.

Sexo prematuro

El 33% de los adolescentes reconocen que han perdido la virginidad demasiado pronto, el 29% admite haber mantenido relaciones sexuales completas por primera vez presionado por el entorno y un 24% realizó prácticas en contra de su voluntad, según el informe. Lilla defiende la formación sexual durante la enseñanza obligatoria y el trabajo conjunto de las escuelas, los medios de comunicación y las familias para hacer entender los riesgos de no protegerse (el 13,2% no utiliza ningún método anticonceptivo) y que el adolescente sea capaz de decidir por sí mismo.