La escritora Alicia Giménez cree que "la gente que es diferente, sobre todo por índole sexual, lo tiene difícil" hoy día

Apuesta por "temas inéditos" de la Guerra Civil y posguerra, al tiempo que recela de que se conviertan en "una moda"
Alicia Giménez Barlett
Alicia Giménez Barlett
DESTINO
Alicia Giménez Barlett

La escritora Alicia Giménez Bartlett cree que "la gente que es diferente por alguna razón, sobre todo por índole sexual, lo tiene más difícil" en la sociedad actual, pero, añade, "no es comparable con la incultura que había en España en los años 1950", época a la que se traslada en su nueva novela, ganadora del Premio Nadal 2011, 'Donde nadie te encuentre' (Editorial Destino).

En una rueda de prensa en Sevilla, Giménez Bartlett ha defendido que los hechos que le ocurrieron a la protagonista Teresa Pla Meseguer, conocida como 'La Pastora' y cuyo "deseo" era "ser un hombre", son "impensables hoy día", de modo que su madre temió porque sus hermanos la mataran por haber nacido con una mal formación genital, "la regalaron a otra familia y esta la echó al monte a cuidar corderos con once años".

Así, la obra supone "una recreación de la realidad" con el tema de "la España de la época de la Guerra Civil", nuevo para la autora, quien confiesa que "nunca" pensó en escribir una novela de estas características, "pero el personaje me ha llevado a ello".

Al respecto, manifiesta que como escritora no se le hubiera ocurrido, "ni en broma", el caso de 'La Pastora', que, a su juicio, es "una historia tan bestial, que verdaderamente no he tenido más que seguir los pasos ya investigados". Aunque, en la novela hay dos personajes de ficción que son "punto de intermedio" entre la realidad y los lectores para "acercar el personaje a nuestra mentalidad", puesto que 'La Pastora' tenía "recursos culturales limitados y quizás no llegaríamos a entrar tanto en su personalidad".

En este sentido, crear la voz del personaje ha sido "lo más difícil", pues, se va contraponiendo la historia de los dos hombres que buscan a 'La Pastora' para entrevistarse con ella y la narración de la historia del personaje, que "costó una barbaridad meterse en la piel de alguien con unas características psicológicas como ejecutor y partidario de la violencia".

Asimismo, Giménez dice que "no estaba interesada en la Guerra Civil, porque hay novelas y estudios muy buenos, pero surgen cosas insólitas y personajes que no se conocían", como 'La Pastora', de la que "no se sabía nada y murió en 2004". Por tanto, "mientras siga habiendo temas inéditos de la época y se vaya haciendo análisis, bienvenido sea, pero si se convierte en una moda, malo, no me gustaría marcar tendencia como una diseñadora de moda".

Al hilo de ello, resalta que la novela negra siempre ha estado considerada de "segunda categoría", pero "ahora de repente hay un montón de lectores que les interesa", y esta novela da "muchas posibilidades tanto en literatura como retrato de la sociedad", por lo que reivindica su faceta de escritora de novela negra, que "tiene serias ventajas, porque los lectores se enamoran de un personaje y lo siguen con fidelidad y hasta te dan ideas".

En cuanto a la lectura de este tipo de novela en el exterior del país, la ganadora del Premio Nadal afirma que "a la gente le interesa en el extranjero la España moderna, qué pasa y cómo son los nuevos españoles, qué nos preocupa", y por todo ello, destaca, "es un género que permite el presente y hacer un poco de costumbrismo, sin que sea barato".

"un pacto de silencio"

Entretanto, Giménez Bartlett revela que hace doce años intentó por primera vez escribir sobre 'La Pastora', así se topó con que "no había documentación y al enviar a un documentalista a la zona del Maestrazgo, donde nació el personaje, regresó a la semana porque la gente no hablaba y lo tomaba por forastero, en el archivo de juzgados faltaba la pagina que le interesaba y no había partidas de nacimiento, era un claro pacto de silencio".

Esto es porque, según justifica la autora, "aún hay gente de mucha edad que conoció a 'La Pastora', les recuerda enfrentamientos entre los vecinos en una época horrible y por lo cual las instituciones no tenían interés en colaborar"; hasta que el periodista José Calvo publicó todas las investigaciones en 'La pastora. Del monte al mito', recabadas tras jubilrse, cuando "se dedicó a seguir el tema de La Pastora, vivía en la zona y fue el único que la entrevistó".

En dicho encuentro La Pastora, según desvela Giménez Bartlett, "estuvo correcta, mezclaba catalán —por su nacimiento— y castellano —por la pertenencia al maquis, donde había compañeros de otras zonas de España—, pero tenía una mirada muy dura, de modo que cuando algo lo contrariaba y no quería contestar te echaba una mirada que te helaba la sangre".

La historia de un personaje real

En concreto, la novela tiene como base el personaje real de Teresa Pla Meseguer, una mujer que nació con una mal formación genital en el Maestrazgo, "la familia temerosa de que se burlaran la inscribió en el registro como mujer y así vivió la primera etapa de su vida, en una España muy atrasada donde las diferencias se hacían pagar duramente a quien las tenía".

Tras ello, "a los nueve años la familia se la quitó de encima y a los once años estaba como pastora en el monte, donde aprendió la violencia para sobrevivir y poder librarse de las burlas de la gente; ingresó en el maquis —fue la primera vez que perteneció a algo y a alguien y algunos del grupo la llamaban compañero—, después de que la familia no la hubiera querido por su mal formación y los vecinos la trataban fatal", relata Alicia, quien sostiene que "cuando entró en el maquis por lo menos servía para algo concreto y le abrieron el campo de su relación, de modo que cambió de sexo, le cortaron el pelo, se vistió de hombre y así se cumplió su deseo, ser un hombre".

Posteriormente, "desertó del maquis y estuvo con un compañero como bandolero, tras lo que permaneció dos años escondido sólo en una cueva en el monte y por fin la Guardia Civil le atrapó, aunque nunca en su hábitat natural, en la montaña, sino en Andorra, a donde acudió para trabajar". Ahí se formó el mito de 'La Pastora', "la terrible mujer armada, con entrañas de hielo, que era capaz de matar a quien se pusiera por delante y a quien la Guardia Civil nunca consiguió atrapar".

En cualquier caso, tal y como precisa la escritora, al personaje le hicieron dos consejos de guerra por los 29 crímenes que se le imputaban, si bien "a pesar de ser un tribunal franquista quien le juzgó no pudieron probar que hubiera matado a alguien a sangre fría". Aunque, describe Alicia, "iba armado, era violento, dio palizas, fue testigo de asesinatos y cometió venganzas personales, por lo que no me creo que no matara a alguien". No obstante, advierte de que su libro "procura no juzgarla desde el punto de vista moral, así cada cual saca sus conclusiones y la condena o la salva según sus preferencias, aunque como toda leyenda cargó con todas las culpas de todo el mundo".

Sin embargo, ante todo, es "un símbolo de la soledad", dado que "la familia se lo quitó de encima, dio tumbos por ahí, la sociedad lo rechazó, murió solo y nadie de la familia reclamó las cenizas de la incineración", puntualiza la autora, quien resume que su obra "es un ejemplo de cómo el ser humano puede vivir en soledad absoluta y de supervivencia, cómo el instinto que compartimos con los animales". Así, "cada lector puede encontrar paralelismos con la vida en general", proclama la ganadora del LXVII Premio Nadal con 'Donde nadie te encuentre'.

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