Ante la carencia de este tipo de plantas, los empresarios optan por depositar directamente los restos de la construcción en vertederos, con la peculiaridad de que en Córdoba el que hay está saturado y los pocos habilitados en los municipios para acoger escombros quedan muy lejos de la capital. Además, por arrojar estos desechos, los empresarios deben pagar un canon, que varía en función de la calidad de restos y de las toneladas.
Las tarifas que se pagan por desprenderse de los restos de obras suponen un gasto notable para los empresarios. En los vertederos, los operarios pesan el camión y una vez deducidas las toneladas de desechos que se van a tirar, se aplican las tarifas, que van desde los diez euros para tres toneladas hasta los 80 para más de 40.
Altos costes
En el caso de que los escombros vayan mezclados con basura, como plásticos o cartones, se aplica otra tarifa, consistente en gravar con 0,05 euros el kilo vertido. De este modo, un camión que vierta 40 toneladas pagará 2.000 euros.
Los vertidos de tierra son los más económicos oscilando entre los 3,85 y los 29 euros para tres y 40 toneladas respectivamente.
Alternativa a los vertidos ilegales
La construcción de la primera planta de tratamiento de escombros supondrá el final de prácticas ilegales como tirar restos de obras en descampados y vertederos ilegales. La ausencia de estas instalaciones en Córdoba ha propiciado los vertidos ilegales para no tener que llevar los restos a otras provincias. Ahora, los empresarios podrán hasta rentabilizar los desechos al entregarlos en esta planta para su reciclaje, ya que percibirán hasta 80 euros por tonelada entregada.
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