La ONU condena sin sancionar a Gadafi, que se niega a dimitir mientras sigue la represión

  • El régimen libio vuelve a atacar con aviones, mercenarios y antiaéreos.
  • El Gobierno libio rebaja la cifra de fallecidos a 300.
  • Dimisiones en cadena de diplomáticos para sumarse a los manifestantes.
  • Gadafi afirma que no dejará el poder.
Un grupo de manifestantes en Bengasi sostienen pancartas en las que se lee "Queremos que caiga el régimen".
Un grupo de manifestantes en Bengasi sostienen pancartas en las que se lee "Queremos que caiga el régimen".
REUTERS
Un grupo de manifestantes en Bengasi sostienen pancartas en las que se lee "Queremos que caiga el régimen".

"No voy a dejar mi país, moriré como un mártir". El dirigente libio, Muamar el Gadafi, ha dejado claras sus intenciones en un largo discurso televisivo pronunciado este martes ante la nación libia mientras proseguían, por segundo día consecutivo, los bombardeos contra los manifestantes que piden su renuncia. En tono desafiante, Gadafi ha afirmado que la dimisión no figura entre sus opciones y ha acusado "a los países árabes y extranjeros" de intentar desestabilizar el país.

La cifra oficial de víctimas en las revueltas asciende, según cifras ofrecidas este martes por el gobierno libio, a 300, de las que 189 son civiles y 111, miembros de las fuerzas de seguridad, militares o policías. Entre las víctimas civiles "algunas murieron por error" y cinco personas "debido a que exhibieron banderas israelíes", ha informado el ministerio libio. Sin embargo, la ONU ha estimado que la cifra de víctimas como consecuencia de la represión podría alcanzar los 800 muertos.

Gadafi afirmó que las cadenas de televisión extranjeras "están trabajando para el diablo", unas horas después que una de estas cadenas, la catarí Al Jazeera, difundiera que la Fuerza Aérea volvió a bombardear este martes varios sectores de Trípoli y de que mostrara imágenes de supuestos mercenarios al servicio de Gadafi.

Asimismo, ha afirmado que este miércoles el Ejército tomará el control del país. Ha pedido a los libios que salgan a las calles para retirar a los opositores."Limpiaré Libia casa por casa si los manifestantes no se rinden", advirtió.

Gadafi ha ordenado a los jóvenes que apoyan la revolución que lleven puesto un brazalete verde con un distintivo rojo para distinguirse "de los que toman drogas". Ha pedido formar comités populares y ha instado a que los jóvenes actúen.

Al Jazeera asegura que en el barrio de Tayura, en el este de Trípoli, todavía se ven cadáveres en las calles. "Los aviones de guerra y los helicópteros están bombardeando indiscriminadamente un sector después de otro. Hay muchos muertos", afirmó uno de los testigos, Adel Mohamed Saleh.

La frontera libia con Egipto ha quedado bajo control de las fuerzas opositoras al régimen de Muamar al Gadafi, ha asegurado a Al-Jazeera. La emisora citó fuentes egipcias en la frontera, que dijeron que los militantes de la oposición se aseguraron el control de la zona en las últimas horas.

Desmentido oficial

Sin embargo, la televisión oficial libia ha desmentido el empleo de la fuerza militar para sofocar la revuelta en el país y dijo que "estas informaciones falsas" son difundidas por "las cadenas vía satélite confabuladas estos últimos días contra el pueblo libio". El diario electrónico libio Quryna, conocido altavoz de Seif el Islam, el hijo de Gadafi que ha asumido el protagonismo en la represión de las protestas, afirmó el lunes que fueron "mercenarios" quienes abrieron fuego contra civiles, causando numerosos muertos en Tadjura, a unos 40 kilómetros al este de Trípoli.

El temor a que el caos que se vive en el país desborde las fronteras, ha llevado al Ejército egipcio a intensificar en las últimas horas su presencia en la zona fronteriza.

El paso fronterizo de Al Salum está abierto las 24 horas para permitir el regreso de los egipcios a su país y el paso de quienes quieran abandonar Libia, ha asegurado una fuente de la oficina de prensa del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas egipcias. Unos 4.000 egipcios han cruzado Al Salum en las últimas horas.

Dimisiones en protesta por la represión

Precisamente, en respuesta a la represión utilizada por el régimen de Gadafi, el ministro del Interior libio, Abdel Fattah Younes, ha anunciado este martes su dimisión y su adhesión a la denominada 'revolución del 17 de febrero'. El ministro ha pedido al Ejército que se sume a los manifestantes y respalde sus demandas "legítimas". Yunis era uno de los más estrechos colaboradores de Gadafi y formaba parte del movimiento de los entonces coroneles que, junto a él, llevaron a cabo un golpe de Estado para acceder al poder en 1969.

También este martes han renunciado a su cargo al menos siete embajadores de Libia. Los diplomáticos que han dejado sus puestos son los jefes de las misiones libias en Estados Unidos, Polonia, India, Indonesia, Malasia, Australia y el embajador ante la Liga Árabe, con sede en la capital egipcia.

Asimismo han presentado su renuncia el número dos de Libia ante la ONU y otro diplomático de alto rango acreditado ante el Gobierno de Pekín. La cadena Al Yazira entrevistó al embajador libio en la India, Ali el Essawi, quien denunció que Trípoli "está ocupada por mercenarios" y que se está utilizando al Ministerio de Asuntos Exteriores "contra los libios".

"Están haciendo cosas terribles contra la gente", agregó el diplomático refiriéndose al uso de la fuerza de la policía y el Ejército contra los participantes en las manifestaciones que estallaron el pasado día 17. "Gadafi debe renunciar para que se pare este baño de sangre. No tiene ninguna legitimidad", agregó el ahora exembajador libio en Nueva Delhi.

Al contrario que la opinión generalizada en todo el mundo, el ex presidente cubano Fidel Castro y el gobernante nicaragüense, Daniel Ortega, se solidarizaron con Gadafi.

Por otro lado, las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Bengasi han sido destruídas, según informa la agencia Reuters citando al ministro de Relaciones Exteriores libio. Tras los incidentes que se han producido en los últimos días, el aeropuerto ha quedado inutilizado y los aviones no pueden aterrizar en él.

Condena de la ONU

El Consejo de Seguridad de la ONU ha condenado los actos de violencia contra la población libia por parte del régimen de Gadafi, a quien ha pedido que asuma responsabilidades por lo ocurrido y cumpla con la obligación de proteger a los civiles. El máximo órgano de decisiones de la ONU está muy "preocupado por la situación en Libia y condena firmemente los actos de violencia allí ocurridos", dijo la presidenta de turno del Consejo, la embajadora de Brasil, Maria Luiza Ribeiro Viotti. Sin embargo, muchos consideran tibia esta medida, que no contempla sanción alguna.

El subsecretario de la ONU para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, ha indicado que Naciones Unidas "no está en posición de confirmar el numero de víctimas porque no tenemos toda la información". "Lo que sabemos seguro es que se han visto muchos aviones sobrevolando el cielo, helicópteros, tanques, que se han producido disparos y que hay francotiradores", agregó Pascoe, que estimó que las víctimas podrían ir "de 200 a 800".

Por otra parte, la alta comisionada para los derechos humanos, Navi Pillay, ha pedido que se abra una investigación internacional sobre la violenta represión de las protestas civiles.

Además, la ONU ha revelado que hay activistas y periodistas que han sido detenidos durante el levantamiento popular en Libia, y que por el momento se desconoce su paradero.

"Sabemos de activistas y periodistas que han sido arrestados y nadie sabe dónde están, cuál es su paradero. No sabemos si están vivos o no", ha declarado el director de la División de Oriente Medio y el Magreb del Alto Comisionado, Frej Fenniche, en una conferencia de prensa.

Preguntado por la presencia de supuestos mercenarios para reforzar la represión de las manifestaciones, el alto funcionario pidió cautela a la prensa en la utilización de ese término "porque podría provocar reacciones violentas contra extranjeros que están allí para trabajar".

Para la alta comisionada de la ONU, Navi Pillay, los ataques sistemáticos y generalizados contra la población civil pueden considerarse como crímenes contra la humanidad.

Sin embargo, el director de la División de Oriente Medio y el Magreb de la Oficina de la alta comisionada, Frej Fenniche, aclaró en una rueda de prensa que no corresponde a Pillay, sino a un tribunal nacional o internacional definir en última instancia si son crímenes contra la humanidad lo que está ocurriendo en Libia.

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