Vestida de netgro, y acompañada por su fotógrafo de cámara, Mario Testino, el preferido por la difunta Lady Di, la vilipendiada top model, apenas maquillada y sin medias demostró que los escándalos, en el mundo de la moda, cotizan al alza.
Sus problemas legales con la justicia británica, lejos de perjudicarla, parecen haber aumentado su cotización. Las fotos de la modelo consumiendo droga, publicadas por el Daily Mirror, provocaron una escalada de rescinsiones de contratos por parte de las principales firmas de moda. Pero Kate sigue siendo una estrella. Según ha publicado la prensa británica, Kate tiene intención de regresar a Londres. Desde el pasado mes de septiembre, reside en Los Angeles.
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