El arte de aprender a volar

Los canadienses de Cirque Éloize estrenan Nomade, un espectáculo de música, danza y acrobacia que recupera el aroma y sabor del circo clásico.
Dos de los miembros de Cirque Éloize realizando un número de levitación.
Dos de los miembros de Cirque Éloize realizando un número de levitación.
Agnieszka Stalkoper
Dos de los miembros de Cirque Éloize realizando un número de levitación.
El Cirque Éloize es, junto con Cirque du Soleil, el principal exponente del nuevo circo que Canadá exporta a todo el mundo. Por éste se entiende un espectáculo que echa mano de las artes circenses clásicas, pero que también integra música y danza contemporánea, adquiriendo así un carácter mucho más teatral.

La obra que ahora presentan por primera vez en Madrid se estrenó hace cuatro años, y es un tributo al carácter nómada de los artistas circenses.

Los dieciocho miembros de la compañía cantan y bailan (hay cuatro músicos sobre el escenario que interpretan música de influencia gitana y canadiense) con un vestuario que recuerda al circo de hace siglos.

Pero si la mezcla de disciplinas enriquece el espectáculo, donde sobresalen es en los números de acrobacia. Hay trapecios, catapultas, ejercicios de fuerza, números de contorsionismo, lanzamiento de hachas, coreografías con bolas de cristal, un espléndido número final que tiene lugar bajo la lluvia y hasta dos payasos que buscan y consiguen sorprender al público.

* Autor y director: Daniele Finzi. Teatro Gran Vía. C/ Gran Vía, 66. Tel.: 915 415 569. V., 20.30 h; S., 18 y 22.30 h; D., 18 h. Precio: de 18 a 36 euros.

Artesanos

Para los miembros de Cirque Éloize, la diferencia entre ellos y Cirque du Soleil es la que existe entre lo artesano y lo industrial. Mientras que estos últimos buscan sorprender, Éloize, con menos medios, busca algo más difícil: emocionar.

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