Jon Santacana y Miguel Galindo, la pareja (deportiva) perfecta

  • Deportista y guía llevan más de tres lustros compitiendo juntos y sin bajarse del podio en todas las competiciones importantes de esquí alpino paralímpico.
  • "Somos como una pareja. Los roces vienen por la convivencia, cada uno tenemos nuestras manías y chocamos".
El deportista paralímpico Jon Santacana y su guía, Miguel Galindo, en Madrid.
El deportista paralímpico Jon Santacana y su guía, Miguel Galindo, en Madrid.
ELENA BUENAVISTA
El deportista paralímpico Jon Santacana y su guía, Miguel Galindo, en Madrid.

Esta es una historia con doble protagonismo. Porque doble es cada triunfo que logra esta pareja bienavenida. No hay fisuras entre Jon Santacana y Miguel Galindo, y eso que llevan 16 años juntos. Una relación que tiene consecuencia tres lustros de éxitos para el deporte español que, por su puesto, se reparten entre los dos a partes iguales.

Juntos forman un tándem perfecto en el que saben que uno depende siempre del otro. Santacana, que tiene un 5% de visión desde que a los ocho años le detectaron la enfermedad de Stargardt, una dolencia genética que afecta a la retina, se apoya en Galindo, su guía inseparable y pieza clave en su éxito en el esquí. También fuera de él, como en actos publicitarios (son imagen del nuevo Opel).

"No solo entrenamos juntos, también vivimos. Pasamos las 24 horas del día juntos. Hemos conseguido llevar tanto tiempo juntos porque la relación personal es muy buena, hemos sabido complementarnos muy bien. Eso es lo que nos vamos a llevar. Cuando dejemos de competir, tendremos que soportarnos también, aunque sea en otro entorno", ríe Galindo, que cree ninguno tendrá otra pareja -deportiva- cuando se separen por algo "tan simple" como "la falta de objetivos". "Cuando lo dejemos el problema no estará en nuestra relación, sino en la parte deportiva puramente", apunta Santacana.

Se conocen tanto que no les cuesta nada definirse mutuamente. "¡Si es que somos como una pareja! Por eso los roces vienen con la convivencia. Cada uno tiene sus manías y yo, por ejemplo, soy muy ordenado, todo lo contrario que él", presume Jon. "Yo no", asume Miguel entre risas y reconoce que "la habitación se divide en dos" en base a eso. "No le hago ni caso", se defiende Galindo, que ataca. "La parte de Jon mala es que toda la confianza que tiene en mí en la pista es la que no tiene fuera. No se cree nada". Ahora le toca defenderse a Santacana. "Yo, en realidad, soy así. Lo difícil ha sido confiar en él en la pista", dice entre risas.

Pero debe hacerlo, porque en ese instante tienen que estar cien por cien atentos y coordinados. "En esquí dura la competición un minuto o un minuto y medio, como mucho. Y se vive con una intensidad que, como te despiestes una décima, te vas fuera de la pista. No puedes estar atento a nada más", cuenta Galindo. Si yo no puedo, imagínate Jon, que va con mil sentidos para no perder ni mi línea ni lo que le digo".

¿Y cómo se comunican? "Hemos desarrollado un sistema de guiaje como nadie ha conseguido hacerlo. Quizá por mi problema de visión", explica Jon. "Cuando voy andando no se me nota tanto, pero en competición sí. Tengo una agudeza visual muy baja y un campo de visión muy reducido. Cuando Miguel está bajando aparece y desaparece constantemente, por eso hemos tenido que desarrollar mucho el lenguaje. Lo que hace es marcarme el momento de transición entre una curva y otra, que es uno de los momentos más críticos. Y, dependiendo de la disciplina, me da indicaciones para saber si es larga o no, si hay cambio de rasante, si es una zona con más o menos recta... Tenemos nuestro propio sistema", relata Santacana. "Al final es intentar que todo lo que no percibe Jon por la vista, lo tenga a través de mí, me vea o no me vea", amplía Galindo.

Fotografía cedida por el Servicio Olímpico de Información del Comité Olímpico Internacional que muestra a Yon Santacana Maiztegui (i) de España siguiendo la guía de Miguel Galindo en supercombinado de Esquí Alpino, durante los Juegos Paralímpicos de Invierno PyeongChang.
Fotografía cedida por el Servicio Olímpico de Información del Comité Olímpico Internacional que muestra a Yon Santacana Maiztegui (i) de España siguiendo la guía de Miguel Galindo en supercombinado de Esquí Alpino, durante los Juegos Paralímpicos de Invierno PyeongChang.

La medalla de plata en supercombinada en PyeongChang supuso, aunque aún les cueste decirlo en voz alta, el colofón a los Juegos Paralímpicos tras cuatro participaciones y seis medallas. "Al 99%, por no decir radicalmente que sí, podemos decir que han sido nuestros últimos Juegos. Es muy difícil plantearse un ciclo olímpico ahora", sentencia Galindo. No por ser los últimos se hubiesen conformado con participar. "Con nuestra trayectoria, no vamos a unos Juegos a pasearnos. Llevábamos cuatro años preparándonos para ello. Ha sido difícil el camino. Sabíamos que teníamos posibilidades en las cinco, y así lo fue", completa Santacana.

"Lo mejor de unos Juegos siempre está relacionado con los resultados, ya no solo por conseguir el objetivo marcado, sino por la satisfacción. Es un evento que lo preparas, que lo disfrutas y que cualquier deportista le gustaría disfrutar. Solamente vivirlos ya es la leche". ¿Y lo peor? Para Jon, la incertidumbre que dejan las lesiones previas, en su caso en 2006 y 2014, que le tuvieron en vilo de cara a los Juegos de Turín y de Sochi, respectivamente. Para Miguel, sin embargo, lo menos bueno de la cita olímpica es "todo lo que tienes que dejar para llegar. El esquí es un deporte en el que pasas la mayor parte del año ya no fuera de casa, sino fuera de España. Hay que buscar la nieve y eso hace que viajes por todo el mundo y te pierdas el día a día con tu familia y amigos".

Su palmarés incluye también 17 medallas en campenatos del mundo. Precisamente es el próximo Campeonato de Mundo, el de Suiza 2019, en el que tienen puestas sus miras ya que significará el punto y final a su existosa carrera. "Estamos con la ilusión de afrontarlo, aunque las fuerzas ya vayan fallando". Eso sí, "hemos decidido bajar el pistón". Sin que suene a relajación, "va a ser una despedida un poco más dulce", dice Jon. "Buscamos reorientar las cosas. Hemos decidido no participar en las cinco disciplinas, solo en dos, en las técnicas".

Jon Santacana, deportista paralímpico, y Miguel Galindo, su guía.
Jon Santacana, deportista paralímpico, y Miguel Galindo, su guía.

Después del Mundial, llegará el fin de su carrera deportiva para salir al mundo 'real'. "Da vértigo. Es mucho tiempo de tu vida invertido en algo y mucho tiempo viviendo en una burbuja de objetivos y retos. Estás aislado de la sociedad, en trabajo, formación... Nosotros no cotizamos a la Seguridad Social. ¡Y tenemos 37 años! Habrá que buscarse la vida, pero es lo que siempre he hecho en el deporte, si siempre me he marcado objetivos y los he conseguido, ¿por qué no hacerlo en la vida?", apunta Jon. Galindo tiene sí tiene formación, pero lo ve igual de difícil. "Yo hice INEF, pero no he ejercido. En el momento en el que yo me plantee trabajar de ello es posible que tenga muchos problemas. Que cuando vaya a buscarlo me plante con 38 años y sin ninguna experiencia ante gente con 30 y con ocho años de trayectoria profesional".

Un idilio con el deporte que dura ya 30 años

La historia de Santacana con el esquí empezó hace casi 30 años. Lo probó "con ocho o diez años" y reconoce que le enganchó. "Mis padres tenían una autocaravana y hacíamos muchas actividades en el medio natural. Una de ellas era la nieve. Y hasta ahora", recuerda. "El deporte me ha permitido marcarme retos que superar. Mi vida ha sido una constante superación de cosas que eran muy difíciles. Practicamos un deporte que es muy arriesgado y que, para una persona que tiene una discapacidad visual, es ciertamente complicado. Pero precisamente eso es lo que me atrapó. Tengo ese problema, que me gustan las cosas difíciles", ríe el deportista, que reconoce sentir satisfacción por ser, gracias a sus éxitos, inspiración para mucho otra gente.

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