Los ciudadanos de Baleares consumen una media de menos de un litro de leche pasterurizada por persona al año, mientras que la media estatal se sitúa en unos dos litros, según ha informado el director general de Agricultura y Desarrollo Rural, Antoni Perelló.

Perelló ha ofrecido estos datos en la presentación de una campaña de promoción de la leche pasteurizada balear, que se llevará a cabo hasta que finalice el año en distintos municipios de Mallorca con el objetivo de "dar apoyo al sector lácteo de la comunidad, el cual pasa por "momentos de dificultad", ha puntualizado.

El director general ha explicado que la idea es que se ofrezca este producto a degustar en las grandes superficies y comercios que se quieran acoger a la campaña para que los consumidores conozcan de primera mano las ventajas de la leche pasteurizada fresca, que es aquella que no ha sufrido un proceso de ebullición que altere su composición y cualidades.

La representante de la explotación lechera Coinga Àngels Carreres ha señalado que la dificultad que tiene este producto para ganar cuota de mercado es que todavía es un tipo de leche bastante desconocida por el consumidor. No obstante, ha indicado que es "una leche mucho más sana, mucho más fresca y que se caracteriza por tener una pasteurización mucho más baja que otro tipo de leche", si bien posee el inconveniente de tener "una duración más corta de caducidad".

Es por ello que Tomeu Adrover, de la central lechera Prilac, ha valorado este tipo de campañas al considerar que pueden ayudar a comercializar su producto llegando al consumidor de manera directa en los comercios.

Por su parte, el representante de Agama Joan Rosselló ha explicado que el sector de la leche pasteurizada es "muy estacional" y está enfocado principalmente a los meses de verano. Asimismo, ha añadido que su principal consumidor son los ciudadanos ingleses y alemanes, ya que los clientes locales "lo consumen relativamente poco".

Rosselló ha precisado que otro de los inconvenientes que tiene este producto, especialmente en época de crisis, es que es "caro", cuya diferencia de precio respecto a otro tipo de leche de una primera marca puede oscilar alrededor de un 30 por ciento.

En Baleares hay unas 200 explotaciones lecheras entre Menorca y Mallorca, cuya producción, si no pasa a la transformación en queso, se vende dentro del mercado balear, ha afirmado el director general, el cual ha agregado que, a pesar de las dificultades económicas, este año no se ha cerrado ninguna explotación en la comunidad.