Allí se cruzan los senderos

Vecinos de toda la vida conviven con los nuevos inmigrantes; casas bajas, con los edificios de Azca, y pequeñas tiendas, junto al lujo de las grandes superficies. La supresión del paso elevado en la glorieta que une Santa Engracia, Bravo Murillo, Fernández Villaverde y Reina Victoria ha otorgado una nueva cara al barrio.
La glorieta de Cuatro Caminos es el corazón del barrio.
La glorieta de Cuatro Caminos es el corazón del barrio.
Jorge París
La glorieta de Cuatro Caminos es el corazón del barrio.

Dice la leyenda que si uno quiere vender su alma al diablo ha de encontrarse con él en un cruce de caminos. Quizá por eso Cuatro Caminos sea, además de una encrucijada, un lugar de encuentro. Y es que uno nunca sabe qué cara puede tener el diablo.

Hasta hace poco, el paso elevado era una frontera
Jaime (39 años) lo tiene claro: «Éste no ha sido siempre lugar de encuentro: hasta hace muy poco el paso elevado de Cuatro Caminos era una frontera. El diablo probablemente sería el ruido y la incomunicación. Ahora, las cosas han cambiado, pero no mucho».

A Jaime le gusta analizar la transformación de la zona. «Los cambios más profundos los ha aportado la inmigración. Con decirle que un 80% de los alumnos del colegio público Jaime Vera son extranjeros, se hará una idea».

A Luisa, de 53 años, nacida en el barrio, le molesta que ahora casi nadie se conozca. «Aquí todo el mundo parece estar de paso. Es fácil pasar inadvertido».

Machado buscaba a Guiomar en el barrio

Quizá la búsqueda de anonimato era lo que hacía que Antonio Machado, el poeta que mejor cantó a los caminos, viniese hasta un café del barrio a encontrarse a escondidas con su Guiomar. Hoy, como Luisa, el poeta se sorprendería de lo mucho que ha cambiado el escenario de sus citas de enamorado.El reflejo del nuevo barrio es el

Mercado de Maravillas, uno de los más tradicionales y el más grande de Madrid. En sus puestos, entre productos típicos de la cocina española, hoy campan por sus respetos la yuca, el plátano macho, el ají, la lima o la papaya.

Mientras la acompaño a la compra, Luisa muestra cierto enfado con su diablo particular, la Administración: «Quieren gastarse un porrón de dinero en un monumento para la glorieta. Podrían usarlo en las verdaderas necesidades del barrio».

Cuando le cuento que los cruces de caminos siempre se han considerado lugares mágicos, muestra su desacuerdo: «Aquí, de magia, poca», dice. Sin embargo, sonríe al saber que hasta los estudiosos de El Quijote vieron en las aspas del molino un cruce de caminos. «Pues va a ser eso, porque aquí estamos todos un poco locos», contesta.

Yo, que reconozco al diablo como el mayor de los locos, debo advertirles que si pasan por Cuatro Caminos, vayan alerta; quizá ese día, alguien se sienta generoso y les haga una buena oferta por su alma.

El barrio, en cifras:

  • Nombre: Cuatro Caminos
  • Distrito: Tetuán
  • Superficie: 71,43 hectáreas
  • Habitantes: 36.130
    • Inmigrantes: 25%
    • Analfabetos: 305
    • Licenciados y doctores: 7.514
    • Parados: 1.005
  • Colegios: uno público y tres concertados
  • Últimas elecciones generales:
    • PP: 63,20%
    • PSOE: 28,58%
    • IU: 3,75%

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