El acusado de agredir sexualmente a una peregrina admite los hechos y el Fiscal rebaja la pena un año

La petición de pena pasa de nueve a ocho años de prisión

El acusado de agredir sexualmente a una peregrina del Camino de Santiago a la que recogió en su coche ha admitido ante la Audiencia de Cantabria los hechos, y el Ministerio Fiscal ha rebajado su petición de pena de los nueve años de prisión que reclamaba inicialmente a ocho años de cárcel.

De esta forma, el juicio, celebrado este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha quedado visto para sentencia, después de que el acusado no fuera preguntado por más detalles sobre el caso al haberse confesado como autor de la agresión sexual.

La víctima, de nacionalidad coreana, tampoco ha prestado declaración en la vista, en la que sólo han testificado los Guardias Civiles que participaron en el operativo, que han relatado cómo la mujer tomó fotos e identificó el coche de su agresor.

El Ministerio Fiscal ha renunciado a las pruebas periciales, ya que se habían solicitado para determinar la autoría de los hechos, y esta ya queda acreditada por la confesión del acusado, J.R.G.E, quien el pasado mes de mayo recogió a la peregrina para trasladarla en su coche desde Beranga hasta el albergue de Güemes, en Bareyo.

Pero cuando se encontraban a unos 200 metros del albergue, el procesado se desvió y tomó la carretera de acceso al pueblo de Las Pilas, desde el que entró a un camino que lleva a un monte de eucaliptos y paró el coche en el aparcamiento de un descargadero de madera.

La mujer trató de escapar del vehículo, pero él se lo impidió, forcejeando con ella y propinándola golpes en diversas partes del cuerpo.

El procesado, que según el fiscal actuó en todo momento con la intención de satisfacer sus deseos sexuales, la quitó los pantalones y las bragas, la realizó tocamientos, besándola los pechos y reteniéndola en la parte posterior del vehículo.

A continuación se bajó los pantalones para intentar penetrarla, pero la víctima consiguió salir del coche, siendo alcanzada a escasa distancia por su agresor, quien la golpeó y la tiró al suelo, donde trató nuevamente de violarla, sin conseguirlo por la resistencia física que ésta opuso.

Incapaz de contener al hombre, la mujer le ofreció una felación con el único fin de evitar ser penetrada, pero tras este acto, el procesado trató de violarla de nuevo. Al oponerse ella físicamente, siguió golpeándola, la giró en el suelo y la colocó boca abajo. Desde esta posición trató de penetrarla vaginal o analmente, lo que tampoco consiguió por la resistencia de la agredida.

Viéndose de nuevo incapaz de reprimir las acometidas del procesado, la mujer le ofreció otra vez sexo oral y, en el transcurso de la felación, le propinó un fuerte mordisco a su agresor, que la golpeó reiteradamente, abandonándola después en el lugar y huyendo en su vehículo.

A consecuencia de los golpes, la víctima sufrió lesiones y erosiones en distintas partes del cuerpo, así como ansiedad, por lo que precisó asistencia sanitaria y psiquiátrica, invirtiendo en su curación 45 días impeditivos para sus ocupaciones habituales. Como secuela le queda un trastorno de estrés postraumático moderado-grave.

El acusado se encuentra en prisión provisional del procesado desde entonces.

El Ministerio Fiscal le considera autor de un delito de violación, por el que ahora pide ocho años de prisión, y de una falta de lesiones; por la que pide su localización permanente de 12 días, con abono de la prisión preventiva.

Y en concepto de responsabilidad civil, reclama al acusado que indemnice a la víctima con 7.500 euros, 2.500 por los días invertidos en su curación, y 5.000 por las secuelas y daño moral generado.

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