Condenan a 33 años de internamiento en un psiquiátrico al acusado de matar a una joven en Paiporta en 2009

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 33 años de internamiento en un centro psiquiátrico al hombre acusado de matar a puñaladas a una joven de 23 años en el municipio valenciano de Paiporta y de herir a su amiga en enero de 2009. El tribunal se ha decantado por la pena de internamiento en lugar de prisión al considerar que el acusado padecía "con toda certeza" un trastorno psicótico con ideas delirantes de perjuicio y místico-religiosas.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 33 años de internamiento en un centro psiquiátrico al hombre acusado de matar a puñaladas a una joven de 23 años en el municipio valenciano de Paiporta y de herir a su amiga en enero de 2009. El tribunal se ha decantado por la pena de internamiento en lugar de prisión al considerar que el acusado padecía "con toda certeza" un trastorno psicótico con ideas delirantes de perjuicio y místico-religiosas.

El fiscal pedía para el hombre, Mohamed A., una pena de 34 años de internamiento en un centro psiquiátrico por un delito de asesinato y otro de asesinato en grado de tentativa, y que indemnizase con 200.000 euros a los padres de Carolina —la víctima mortal— y con casi 270.000 euros a Susana —la amiga que resultó herida— por las secuelas y lesiones. Por su parte, la defensa también aludía a la eximente completa por alteración psíquica y solicitaba su internamiento durante un periodo de 23 años.

Frente a ello, la acusación particular y la popular —en representación del Ayuntamiento de Paiporta— reclamaban la misma pena, es decir, 34 años, pero de prisión, al estimar que el acusado no padecía ningún trastorno en el momento de los hechos.

El tribunal, tras escuchar las distintas versiones, y estudiar los distintos informes y atestados, ha considerado probado los hechos que se le imputan al acusado —a pesar de que él no los recuerde— y ha señalado que el punto conflictivo es el referente a la pena, si debía ser de prisión o de internamiento.

A este respecto, la Audiencia ha recogido los antecedes psiquiátricos personales y lo declarado en varias ocasiones por el hombre, como: "su convicción de haber sido obligado a consumir drogas en la bebida; la certeza de haber sido reconocido como profeta, sintiéndose controlado y manipulado por las víctimas; así como referencias a la existencia de un cuerpo extraño en el cuero cabelludo y la información de haber recibido un golpe de unos argelinos para abrirle la cabeza y quitársela".

Sobre ello, el tribunal estima que los hechos que se le atribuyen al acusado "se sitúan en la órbita de su ideación delirante, tanto en su génesis como en su desarrollo y conducta postdelictiva". Así, justifica su tratamiento en régimen de internamiento.

El incidente

El suceso tuvo lugar en la noche del 11 de enero, sobre las 23.30 horas. El acusado se desplazó ese mismo día desde Murcia hasta Paiporta con la intención de encontrar a ambas jóvenes y de acabar con sus vidas.

Una vez llegó al municipio, compró un cuchillo de cocina de 32 centímetros de longitud en un establecimiento comercial y se dirigió al bar que regentaban las jóvenes, ubicado en la calle Casota. Estuvo haciendo tiempo en diversos locales hasta las 23.30 horas, momento en el que salieron.

El acusado se escondió detrás de una furgoneta aparcada junto al vehículo de la joven fallecida, a unos 50 metros del local. El hombre les sorprendió y dio varias puñaladas a una de las jóvenes, Susana. Ante esta actuación, su amiga, Carolina, salió corriendo despavorida y fue alcanzada por el hombre a la altura del Café Samsara, donde le dio varias puñaladas por la espalda que acabaron con su vida escasos minutos después. Posteriormente, el hombre huyó.

Susana sobrevivió del incidente a pesar de presentar varias lesiones que afectaron a un órgano vital (pulmones/diafragma). Tiene diversas cicatrices, molestias de toracotomia y pérdida de peso que no ha recuperado. También presenta estrés postraumático que requiere de terapéutica psicofarmacológica.

En el momento actual, Susana continúa evitando los lugares que pueden motivar el recuerdo del trauma, aunque ha conseguido establecer una rutina diaria realizando actividades, pero siempre acompañada por alguien.

Las jóvenes habían tenido problemas con el acusado con anterioridad a estos hechos, ya que durante el año 2008 había frecuentado el bar que regentaban, se había metido con ellas y las había increpado. Esto les obligó a solicitar en al menos tres ocasiones la presencia de la Policía Local de Paiporta quien, tras identificarle, le invitaban a abandonar el local. En fecha 3 de abril, el acusado denunció a las dueñas del café porque decía que le habían tirado algo en la bebida y que desde entonces se encontraba nervioso.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento