Un alto cargo iraní habla de "buenas opciones" para salvar la vida de Ashtianí

  • Irán compara a Ashtianí con Teresa Lewis, ajusticiada en EE UU por cómplice del asesinato de su marido.
  • La ONU reprende a Irán por las continuas violaciones en el país.
  • Ahmadineyad asegura que aún no hay una condena firme.
Shakineh Mohammadi Ashtianí.
Shakineh Mohammadi Ashtianí.
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Shakineh Mohammadi Ashtianí.
El director del Consejo iraní de Derechos Humanos, Mohamad Javad Larijaní, aseguró este jueves que existen "buenas opciones" de que sea suspendida la pena capital impuesta a Shakineh Mohammadi Ashtianí, la mujer acusada de asesinato y adulterio que corre el peligro de ser lapidada.<p>Ashtiani</p>

"El Consejo iraní de Derechos Humanos ha contribuido en gran medida a reducir su sentencia y creo que ahora existe una buena oportunidad para que su vida sea salvada", afirmó Larijaní, familiar directo del jefe del Poder Judicial iraní, Sadeq Lariyaní y del presidente del Parlamento, Alí Lariyaní.

En declaraciones exclusivas a la televisión estatal, el responsable iraní criticó a Estados Unidos y volvió a tratar de sacar partido al paralelismo entre el caso de Ashtianí y el de la ciudadana estadounidense Teresa Lewis, ejecutada el pasado septiembre tras ser acusada de asesinar a su esposo.

Hipocresía de EE UU

"En Estados Unidos, una mujer que mata a su marido con la ayuda de su antiguo amante e incluso sufriendo un desorden mental, es condenada a la pena capital y es ejecutada", indicó. "La misma situación se da en Irán, la mujer es igualmente condenada a muerte, pero su caso está aún pendiente de revisión", subrayó.

Al hilo de este argumento, Lariyaní criticó "cuán hipócritas, maliciosos, irreales y tendenciosos son los medios de comunicación respecto a Irán".

El caso de Ashtianí, de 43 años, salió a la luz el pasado verano cuando su primer abogado reveló que, tras agotar todas las vías legales y en un proceso irregular y opaco, la mujer había sido condenada por adulterio y que por ello sería apedreada hasta la muerte.

Protesta internacional

La pena despertó una amplia oleada de duras críticas y protestas internacionales, lo que obligó al régimen iraní a suspender la sentencia y afirmar que se encuentra bajo revisión.

El proceso abrió, igualmente, una agria polémica en el seno del régimen iraní, con declaraciones contradictorias entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, que ponen de manifiesto la fractura política y social que atraviesa el país.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha declarado en varias ocasiones que no existe aún tal condena a muerte y que se trata de propaganda occidental en contra de Irán.

Condenada a la horca

Sin embargo, la Judicatura insiste en que ha quedado demostrado que Ashtianí participó en el asesinato de su marido y cometió adulterio, por lo que debe ser condenada a morir en la horca por el primer delito y a ser lapidada hasta la muerte por el segundo.

Semanas atrás, el portavoz del Poder Judicial y fiscal general del Estado, Gholam Husein Mohseni Ejaei, llegó incluso a afirmar que la sentencia ya había sido dictada y que la mujer sería ahorcada ya que el delito de asesinato prevalece sobre el de adulterio.

Larijaní aprovechó la oportunidad para criticar una vez más la reciente resolución de la Asamblea General de la ONU en la que reprende a Irán por "las graves y continuadas violaciones" registradas en el país, entre las que cita las lapidaciones, las torturas y la persecución de opositores".

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