Balsega añadió que Madrid únicamente tuvo una pirámide poblacional equilibrada en los años setenta del siglo XX, tras la llegada de inmigrantes nacionales en el período de postguerra y por el boom de natalidad de finales de los años sesenta, y recordó que la situación tras la guerra civil se recuperó con la llegada de inmigrantes de pueblos de la periferia y luego de provincias limítrofes y que ahora, a falta de población nacional en busca de trabajo, podría pasar lo mismo con los extranjeros.

Según sus previsiones, si la capital no recibe 700.000 menores de 25 años en los próximos ejercicios, la prosperidad económica actual se vería frenada, y agregó que en los últimos años la mayoría de los inmigrantes que han llegado a Madrid tenían entre 20 y 30 años y los mismos ya venían con su mentalidad formada, de ahí la importancia también de recibir población infantil y que éstos puedan asistir a la escuela local.

Uno de cada cuatro menores de 25 es extranjero

"Como la población que se necesita no está aquí -explicó-, es necesario que venga de afuera para mantener una pirámide demográfica que permita mantener el mercado laboral, con lo que ello significa, en los próximos años".

También precisó que a ello contribuye el hecho de que la población residente no cubre el índice de fecundidad de 2,1 hijos por mujer y que la esperanza de vida ha aumentado en los últimos años.

Por otro lado, subrayó que, a tenor de los datos de este estudio, es "aventurado" afirmar que dentro de 20 ó 25 años la población extranjera superará a la nacional en Madrid, aunque comentó que como no haya una modificación demográfica, la ciudad sufrirá un "cambio sociológico" importante y rápido en los próximos años por la llegada de los inmigrantes.

Lo previsible, dado el flujo migratorio en España y en la región es que ese espacio lo ocupen más extranjeros. O al menos así lo indican las cifras: En 2004, 26.898 españoles abandonaron la capital mientras que otros 52.762 extranjeros vinieron a vivir a Madrid. El saldo, entonces, es positivo: 25.864 habitantes más, pero gracias a la inmigración.

No obstante, Madrid es una de las regiones con población más heterogénea. El 47,3% de su población es inmigrante, es decir, que ha nacido fuera de la ciudad. Los extranjeros representan el 16,6% de su cifra total de habitantes.

"Es imposible traer a tantos jóvenes"

Teresa Castro, investigadora del CSIC, explica que "no he leído el informe, pero creo que atraer a 700.000 personas menores de 25 años es imposible. El factor demográfico es importante para el crecimiento económico, pero hay otros elementos: habría que reducir el paro, la precariedad, conciliar el trabajo y la vida personal para que más mujeres se incorporen al mercado... Además, los inmigrantes también envejecen y tienden a adoptar las pautas de aquí en cuanto al número de hijos".

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