"No voy a decir nada por respeto a mis hijos, por respeto a mí misma y por respeto a los 21 años que he vivido con Juan. No diré nada ni ahora ni en un futuro, digan lo que digan". Así de contundente se mostraba el pasado miércoles Patricia Rato en sus declaraciones a ¡Hola!, en las que se negó a comentar el comunicado que su aún marido, Juan Antonio Ruiz Espartaco, envió el martes, acabando con una tradición de silencio respecto a su vida privada.

Sin embargo, el mismo día Paloma Barrientos recogía en su web Vanitatis unas sentidas declaraciones puestas en boca de Patricia: "Estoy muy triste, dolida por mis hijos y por mí y humillada como mujer. No me esperaba este comunicado, porque no se ajusta a la verdad. (...) No reconozco sus palabras". Según Jaime Peñafiel, que el miércoles aseguraba haber podido hablar con ella, el escrito del diestro "le ha sentado peor que mal". Respecto a lo sucedido hace cinco años, ella mantiene que "hubo una crisis dura que se superó".

Beatriz Cortázar, desde las páginas de ABC, aseguraba que Patricia está "rota" y hacía hincapié en las muchas entrevistas y declaraciones que mostraban a la sobrina de Rodrigo Rato y a su marido como una pareja unida y feliz en un tiempo en que –según Espartaco– ya hacían vidas paralelas.

Cinco años separados

Concretamente, el torero anunció en el comunicado que llevaba cinco años separado de su mujer (la crisis se conoció el año pasado) y que ya en 2005 firmaron una Escritura de Acuerdo de Separación Conyugal de Hecho. También se quejaba de estar siendo espiado, perseguido y desprestigiado y acusaba veladamente a Patricia de presentarse como "víctima" y de pretender "crear un juicio público paralelo con intenciones poco claras", aunque citaba un posible interés económico.

La demanda de divorcio está en los juzgados y se resolverá, si no hay cambios, a finales de este año. Entonces, quizás, se verá quién tiene razón. Mientras, Espartaco se declara "en su derecho" de "salir con quien quiera", en referencia, se supone, a su "buena amiga" Macarena Bazán.