Condenados a prisión 6 de los 7 acusados de pederastia de la Casa Pía de Lisboa

  • Los abusos sexuales se cometieron durante dos décadas con niños acogidos en la Casa Pía de Lisboa, administrada por el Estado.
  • Las penas de cárcel oscilan entre 5 y 18 años para 6 de los 7 acusados.
Pedro Namora, un ex estudiante y víctima del caso de la Casa Pía, llora mientras comparece ante la prensa en el exterior del Tribunal Criminal de Lisboa.
Pedro Namora, un ex estudiante y víctima del caso de la Casa Pía, llora mientras comparece ante la prensa en el exterior del Tribunal Criminal de Lisboa.
Manuel De Almeida / EFE
Pedro Namora, un ex estudiante y víctima del caso de la Casa Pía, llora mientras comparece ante la prensa en el exterior del Tribunal Criminal de Lisboa.

Los jueces del proceso Casa Pía, uno de los más largos y polémicos de Portugal, han condenado este viernes a penas de cinco a dieciocho años de prisión a seis de los siete acusados de pederastia en un orfanato público y absolvieron a la única mujer encausada.

La lectura de la sentencia, que duró casi seis horas, puso fin a las investigaciones abiertas en 2002, a raíz de las denuncias en los medios de comunicación sobre abusos sexuales cometidos durante dos décadas con niños acogidos en la institución civil Casa Pía de Lisboa, administrada por el Estado.

El chófer y antiguo alumno de Casa Pía Carlos Silvino fue condenado a 18 años; el médico João Ferreira Diniz y el ex presentador de televisión Carlos Cruz a siete; el ex embajador Jorge Ritto y el abogado Hugo Marçal a seis; el ex administrador de la institución Manuel Abrantes a cinco; y Gertrudes Nunes, dueña de la casa donde se cometían los abusos, fue absuelta de delitos sexuales. Estaban acusados de abusos sexuales, lenocinio y uso indebido de caudales públicos en la institución civil para acogida de niños Casa Pía de Lisboa, administrada por el Estado.

Silvino es el único acusado que se declaró arrepentido y contó al Tribunal que durante su infancia fue víctima de abusos sexuales en la Casa Pía en la que fue acogido y vivió toda su vida. Silvino, de 53 años, es acusado de haber cometido durante años más de 600 crímenes de naturaleza sexual, abusos y lenocinio y de participar en la red que organizaba los encuentros para que hombres adinerados sostuvieran relaciones con niños huérfanos o retirados de la custodia de sus familiares. El resto de los acusados reclamaban su inocencia y pedían ser absueltos de todos los cargos.

La intervención de la Justicia se produjo después de que las primeras denuncias del caso fuesen divulgadas por la televisión privada portuguesa SIC y el semanario Expresso en 2002. El denominado "megaproceso" en Portugal, el más largo de la historia lusa reciente, que comenzó a ser investigado en noviembre de aquel año y juzgado en 2004, ha contado con un total de 980 testigos, está compuesto por 66.100 hojas y durante su desarrollo fueron interpuestos un total de 168 recursos.

El caso de pederastia de la Casa Pía conmocionó a la opinión pública portuguesa tras la publicación de los reportajes periodísticos que denunciaban dos décadas de abusos sexuales a los menores alojados en la institución de beneficencia con la complicidad de sus responsables.

El escándalo también salpicó a la política portuguesa cuando fue acusado en las investigaciones el ex ministro socialista Paulo Pedroso, que en 2003 estuvo en prisión preventiva durante cuatro meses y medio pero salió libre de cargos.

El proceso judicial dio lugar además a otro escándalo cuando la divulgación de las escuchas telefónicas que hacía la Policía en sus investigaciones revelaron que, por cuestiones ajenas al caso, también estaban pinchados los teléfonos de personalidades como el entonces jefe de Estado, Jorge Sampaio, o el ex presidente del Parlamento Joao Bosco Mota Amaral.

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