Aronofsky y Robert Rodríguez dan brillo a la inauguración de la Mostra

  • 'Black Swan', del director de 'El luchador', narra la historia de una bailarina al borde de la locura.
  • Natalie Portman, soberbia, será una de las candidatas a mejor actriz
  • 'Machete', de Robert Rodríguez, ha entretenido al público con su alocada espiral de sangre, vísceras y venganza.

La 67 edición de la mostra de Venecia ha arrancado este miércoles y lo ha hecho a lo grande, con Darren Aronofsky y Robert Rodríguez como invitados estrella de la jornada inaugural. Y aunque ninguno de los dos ha conseguido críticas unánimes, ambos trabajos han recibido el visto bueno de la crítica especializada.

Pocos festivales pueden contar con el privilegio de juntar a Aronofsky y Rodriguez para abrir la sección oficial. Aronofsky, un clásico de Venecia, ha sido el primero de todos. Black Swan es el título del nuevo trabajo del realizador de Requiem por un sueño, en el que vuelve a la senda formal que ya tomara con El Luchador. Más convencional que en sus primeros tres trabajos, más cercano al estilo de la cinta protagonizada por Mickey Rourke, que le valió una nominación al Oscar.

De la misma manera que a Aronofsky relanzó a Rourke, su trabajo junto a Natalie Portman en BlackSwan va a colocar a la actriz en el candelero durante los próximos meses. El premio parece cantado. Porque el Black Swan de Aronofsky es Portman, y solo Portman, en un viaje a una mente enferma, más cercana a la locura que a la cordura. A pesar de ser una propuesta más convencional, viniendo de un director que ha firmado cintas como Pi o La fuente de la vida, la crítica la ha recibido con aplausos durante los créditos.

Aronofsky no puede quejarse de su relación con Venecia. A pesar de haber despertado más odios que pasiones con La fuente de la vida, en su participación hace dos años con El luchador se llevó el León de oro, que le colocó definitivamente en el escalón de los directores de culto de su generación. Abrir la sección oficial del festival ha sido el siguiente paso de un realizador que no deberíar descarta cazar algún premio dentro de diez días.

A machetazo limpio

Robert Rodriguez se sacó de su sombrero tejano un falso tráiler sobre una cinta de venganza protagonizada por un inmigrante mexicano. Machete, que así se llamaba el falso largometraje, se incluyó antes de la proyección de Planet Terror en los cines y, como su hermana mayor, también destilaba ese sabor al cine cutre que tanto le gusta homenajear. Y lo que empezó como una broma, hace unos años, se ha convertido en una gamberrada más de Rodriguez.

Una gamberrada de más de cien minutos, en el buen sentido de la palabra. Machete es a la filmografía de Rodríguez lo que Kill Bill a la de Tarantino, un ejercicio de estilo en el que el guión pasa a un segundo plano para convertir el metraje en una sucesión de muertes, a cada cual más descabellada, y situaciones cómicas. Quizá a Rodriguez le pierde una excesiva seriedad en determinados momentos de Machete, cuando la temática le pide que se desmelene más de lo habitual, pero al final lo que cuenta es que la cinta protagonizada por Danny Trejo es un entretenimiento muy sano y muy divertido.

Contrario a otros certámenes que se guardan lo mejor de su arsenal para la segunda semana, Venecia ha apostado fuerte por los primeros días. Este jueves le llega el turno a Julian Schnabel, el director que llevó a Bardem a su primera nominación al Oscar, y el viernes será la hora de Sofia Coppola. Esto no ha hecho más que comenzar.

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