A la luz de las velas

Se han convertido en habituales en casas, restaurantes, balnearios... Están en todo tipo de festejos y tienen un sinfín de posibilidades.
Las velas, lejos de morir a causa de la luz eléctrica, se han sofisticado. Tienen diseños originales, colores suaves o chillones, aromas... y siguen dando calidez y luz. Por eso, se han convertido en un objeto de decoración, ya que son capaces de cambiar el aspecto de cualquier estancia. Incluso las hay flotantes, para colocar en la piscina o la bañera.

«Tenemos clientes de restaurantes, balnearios o baños árabes y personas que organizan fiestas, o bodas y comuniones. Las velas tiene muchas posibilidades. También vienen a la tienda muchas personas a comprarlas con formas originales para su casa o para regalar», explica Juan Peñalba, de Velas de la ballena (www.velasdelaballena.com).

Aromáticas

Además de decorar, las velas perfumadas (jazmín, rosa, azahar...) tienen la función de absorber malos olores y ambientar discretamente y con un toque personal cualquier estancia. Algunas fragancias son muy cuidadas, como las de maderas o especias orientales.

Una de las ventajas de las modernas figuras de cera es que muchas de ellas son huecas, por lo que no se derriten con el uso y se convierten en eternas, ya que lo que prende es una pequeña vela que se coloca en su interior.  Otra opción es comprar candelabros, soportes metálicos o vasos decorados e introducir una vela en su interior.

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