La lista de espera quirúrgica no mejora en la región. Un total de 46.998 madrileños están todavía pendientes de conseguir fecha para entrar al quirófano, según la Consejería de Sanidad. Son un millar más que hace un año, cuando estaban en esa situación 45.872 pacientes.

La demora media para una cirugía, según los datos oficiales, es de 9,7 días (hace un año eran 10 días), lo que lleva a la Comunidad a asegurar que cumple "con el compromiso de que ningún madrileño tenga que esperar más de 30 días para ser intervenido".

Sin embargo, los que están a la cola se quedan estupefactos cuando escuchan esa cifra oficial. Para la Asociación del Defensor del Paciente "es absolutamente falso que se tarden sólo 10 días", dice la presidenta, Carmen Flores. Según su experiencia, "llegan a pasar más de seis meses desde que te diagnostican hasta que te operan".

Diferencias para interpretar la lista

Esta guerra de cifras se debe a las diferencias a la hora de entender la lista de espera. Cualquier paciente empieza a contar su demora a partir del momento en que el especialista le prescribe la operación, pero para Sanidad la demora arranca "desde que el enfermo es visto por el anestesista. Así sólo consiguen engañarse ellos mismos. Faltan camas, personal..., pero maquillan las cifras en lugar de solucionarlo", denuncia Flores.

Además, en el cálculo de esta espera media la Comunidad excluye a los pacientes que rechazan la intervención en un centro alternativo. Cuando el quirófano está saturado, ofrecen al enfermo cambiar de hospital, pero la mayoría rechazan la oferta porque prefieren ser operados por el mismo equipo que los ha tratado. Si se tiene en cuenta a estas personas, la demora se multiplica.

Fuente: Consejería de Sanidad (Datos a 30 de junio de 2010)

Sin trompas por un diagnóstico tardío

El Sermas tendrá que pagar 35.000 euros a una paciente a la que le extirparon una de las trompas por un diagnóstico tardío.

La mujer acudió a La Paz embarazada y con dolores abdominales. El médico le diagnosticó un embarazo de huevo huero (cuando el saco embrionario está vacío por la muerte del feto), pero en realidad tenía un embarazo ectópico (el feto se asienta fuera del útero). Al no dar con su problema a tiempo tuvieron que cortarle una de las trompas y se redujo su fertilidad.